Dr. Hugo Lucero L.
Dr. Hugo Lucero L.

El 10 de octubre se celebró el  Día Mundial de la Salud Mental, fecha dedicada a hacer conciencia sobre un tema del cual pocos conocemos, sin embargo de lo cual todos estamos involucrados como seres humanos que pensamos y  decidimos.

Existen la salud mental y la salud física, siendo a esta última a la que quizá más lo percibimos, y por ende quizá a la que más la cuidamos, sobre todo cuando ya se presenta una dolencia física que nos obliga a tratarnos, pero la mayoría de los mortales no valoramos la salud mental, es decir aquella que está ligada a nuestra mente y que nos relaciona con los demás.

Entendiéndose por salud mental como la situación de equilibrio que un individuo experimenta respecto a aquello que lo rodea. Cuando se consigue este estado, la persona puede participar de la vida social sin problemas, alcanzando  su propio bienestar.

Hemos llegado a una tolerancia tal, que problemas de salud mental, expresados como: tristeza, angustia, desesperación, aislamiento, depresión y hasta demencia y psicosis,  lo tomamos como tan “normal”, especialmente por parte de los padres ante sus hijos, no dándoles la importancia debida y solo llegamos a medir  las consecuencias cuando los hechos están casi consumados, como son la dependencia al alcohol,  a drogas, hasta llegar incluso a los suicidios.

Amigas y amigos, lo que sucede es que nos hemos materializado a tal extremo que conceptuamos como fin u objetivo el logro  de bienes materiales, que nunca nos llegan a satisfacer, y antes por el contrario nos introducen cada vez más a una sociedad de consumo, en desmedro del hombre y su real bienestar. Concebimos al dinero, como el amo y señor de la creación, el que lo compra todo, el que lo soluciona todo, convirtiéndose en el principal agente de alteración de la salud mental de toda una población.

Ante esta elocuente y real situación, esta fecha nos debe hacer reflexionar que también es muy importante tener una adecuada salud mental, de que no todo es materia, que también hay una mente que puede y debe estar en paz, pero también que puede estar enferma. Es hora de pensar en nosotros, pero también pensemos en nuestros hijos, los cuales no deben vivir solo de lo material, sino también necesitan ser atendidos en su parte emocional, que necesitan sentirse amados y protegidos, que necesitan de nuestra compañía física, que necesitan de buenos ejemplos y sobre todo que necesitan hasta donde sea posible de seguridad gozando de una paz interior.

Es la oportunidad para recordar a nuestras autoridades que es necesario controlar los excesos de una sociedad de consumo, como es la venta y consumo libre e indiscriminado de alcohol y cigarrillos, pero insinuando que más eficaz es la acción disuasiva que la represiva, que es necesario motivar al cultivo del deporte, arte y la cultura.

Es la oportunidad para motivar a trabajar por una adecuada salud mental , a instituciones y organizaciones como son el COCPINAG,  la Junta de Protección de Derechos, Liga Deportiva Cantonal  y más , y sobre todo es la hora de  hacer una reflexión personal para actuar a nivel del núcleo fundamental de la sociedad que es la familia, para tener hombres y mujeres, sanos física y mentalmente, capaces de responder positivamente a retos  individuales y sobre todo colectivos, en función de un progreso total.

Dr. Hugo Lucero Luzuriaga

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