César Segundo Guerrero Tamayo

César Segundo Guerrero Tamayo. Creador de la letra y música del pasillo ecuatoriano "El Aguacate"
César S. Guerrero T.

Nacido en el tradicional barrio ” La Tola” de Quito , Ecuador, el 15 de marzo de 1893 y fallecido en Quito, el 28 de diciembre de 1975; creador de letra y música de canciones populares; tocaba instrumentos musicales como la guitarra y la bandola. Fue hijo del destacado guitarrista Benjamín Guerrero, oriundo de Pasto, Nariño, Colombia, que viene a Quito a estudiar en nuestra por entonces ya famosa Universidad Central donde conoció a la quiteña Balbina Tamayo con quien formó su hogar.

César su niñez y juventud las pasó en la ciudad de Pasto donde vivió aproximadamente veinte años, de regreso a Quito formó parte de varias agrupaciones musicales de nuestro país entre ellas la estudiantina “La Lira Quiteña” junto a “El Gordo” Luis Zambrano, “Gaspagancho” Suárez, Luis Palacios, “Mr. Cachupalli” Victor Manuel Salgado y otros músicos conocidos de la época. Es el creador también del bambuco Adela y de otras canciones.

Historia de la Canción

El pasillo es una hermosa creación pero lleva consigo el misterio o la incógnita de su titulo o nombre ya que la fruta, o vegetal, el aguacate no aparece en ninguna parte de la letra, lo que ha causado mucha controversia e interés del por que de su nombre, que a la vez le da más encanto e importancia a la canción.

En el conversatorio con Eduardo “El Suco” Guerrero, hijo del compositor Guerreo Tamayo, que se publica en el internet en el Boletín Virtual dirigido por Rodrigo Llano Isaza; entrevista que se halla en el Anecdotario Quiteño escrito por Jaime Vaga Salas, donde dice: que la estudiantina (se refiere a La Lira Quiteña) famosa en su tiempo y a la que se le buscaba para las grandes recepciones en las casas más encopetadas de Quito, como las Carrión, las Maldonado y más. En una de esas casas conoció a doña María, una linda señora, toda gracias y salero, de la que salió prendado. Cuando en su quinta, al pie de un árbol de aguacate, recordando el romance, compuso, DICEN, el pasillo que llegara a se el más sentido y cantado en Quito, el Ecuador y fuera de las fronteras patrias.

Después de estas declaraciones en el Boletín Virtual comenta Llano Isaza …Destaco de la entrevista el párrafo que resalto en letra mayúscula, particularmente la palabra DICEN, la cual la he subrayado por cuanto hace que la historia de cómo o cuál fue la inspiración del autor de “El Aguacate”, Cesar Guerrero Tamayo padre del entrevistado, queda en el limbo de las especulaciones al no dar una respuesta concreta, clara y precisa que no deje duda alguna, tal es el caso si hubiese dicho por ejemplo: mi padre me dijo o mi padre me contó. AL manifestar la palabra DICEN, atribuye a otros y no a lo que bien pudo contarle su padre, razón por la cual y para mayor fantasía de esa preciosa canción a quedado rodeada con esa aureola de un insondable misterio donde la especulación del cuál fue el origen o motivo de inspiración de “El Aguacate”, seguirá navegando por el piélago de lo incierto, de lo desconocido.

Por esta razón, de la mano de la hermosura de la creación y toda la fama, existen varias teorías y especulaciones ingeniosas al respecto:

  1. Su hija Juanita Guerrero Caicedo en la entrevista con la Dra. Eugenia Cevallos dijo que su padre …había salido con sus amigos a dar un paseo por el centro de la capital ecuatoriana, llevaba su guitarra y de cuando en cuando entonaban este pasillo que aún no tenía titulo. Al pasar por una tienda, galantearon a una guambrita que en el instante comía un aguacate, le ofrendaron un piropo que no le gustó y les contestó echando la pepa del aguacate que fue a dar en el hombro del compositor.
  2. Otro hijo del compositor ha manifestado en radio HCJB en una entrevista con la presentadora Yolanda Molina de Aguilar, que en una reunión en la parroquia Cumbayá -en ese entonces pequeña población rural del cantón Quito cuando el autor interpretaba “su pasillo”, desde afuera uno de los chicos lanzó como un proyectil un aguacate, que cayó sobre el piano. Esto motivó el nombre.
  3. Buscando el título para su pasillo, en esos devaneos estaba sentado a la sombra de un gran árbol de aguacates, cuando desde la fronda cae una cáscara lanzada por su hijo, quien se había encaramado a las altas ramas para dar cuenta de los aguacates. Al recibir el impacto de la cáscara del aguacate en su frente el autor decidió titular a su canción con el nombre de esta laurácea, persea americana -el aguacate- a la que inmediatamente asociamos con nuestros más deliciosos platos típicos. Lo dice Helena de Troya en Yahoo.
  4. Cuenta que el célebre músico latacungueño César Viera, invitó a Latacunga a sus amigos músicos y poetas de Quito, entre ellos a César Guerrero. con los cuales festejó toda la noche. Al día siguiente de la farra resolvieron trasladarse hasta Loreto (localidad cercana a Latacunga); allí, sentados a la sombra de un árbol entonaban el pasillo a coro. El autor pedía un título. Alguien hizo notar que el árbol que los cobijaba era un aguacate, por lo que el grupo, entre cháchara y cháchara, gritaba: ponle “El Aguacate”.
  5. Cuando alguna vez su creador interpretaba el pasillo, una vendedora pasaba por la calle anunciando aguacates (en el barrio La Villaflora de Quito); o, que en el zaguán de una casa, con una voz digna de un barítono de Ópera, se oye: “aguacates para el almuerzo” (en el barrio La Tola de Quito).
  6. Por que estaba dedicado a una dama de alta alcurnia o clase social muy destacada que tenia sembrado un frondoso y vistoso árbol de aguacate en el huerto de su casa y como el autor no podía manifestar abierta o públicamente su amor optó por ponerle el nombre de “El Aguacate” a su composición con la esperanza de perpetuar en el corazón de la mujer de sus ensueños el mensaje que bien ella entendía por ese amor imposible entre los dos.
  7. Por el encuentro casual que tiene el compositor con la mujer de sus sueños, a poco de ser el medio día, en el que la dama le regala un aguacate para el almuerzo, y éste, agradecido por el gesto, plasmó su nombre en recuerdo de aquella mujer que también por desigualdad social o estar ella ya comprometida no se podía dar a conocer su nombre, entonces que mejor que engalanarlo con el de esta fruta tan apetecida en las comidas por las gentes de la región.
  8. Que era alusivo a los “viejos verdes”, al hombre ya entrado en años que se enamora de una jovencita que comienza la vida, cuando la del enamorado ya pasa la inexorable cuerda de los años de un cercano invierno donde la vejez obliga a refugiarse en la placidez de un dulce hogar y que mejor hacerlo en brazos de una joven y tierna mujer que lo acompañe.
  9. Como represalia o en venganza por una lluvia de maduros aguacates que desde de las ventanas de su amada le fueron lanzados por parte del suegro o la suegra que no miraba con buenos ojos el romance de su hija con aquel músico aventurero que la pretendía, y éste para comprometer mucho más a su querida que le pedía perdón por el incidente, pasó su cuenta de cobro poniendo el sugestivo nombre a la canción dedicada a ese amor imposible.
  10. Por lo general las canciones nacen y luego se les pone el nombre o titulo, fijándose en la frase más digerible, la más repetitiva, o la más linda, en fin; en este caso el tema se cantaba y cuando surgió la necesidad, de ponerle el título en esa época estar muy enamorado era estar “Aguacate” decidieron por este nombre que por supuesto está muy de acuerdo con su letra.

La grabación que le dio el éxito al pasillo fue la realizada en 1952 en el sello disquero, con la Orquesta del maestro Luis Aníbal Granja y cantada por Olga Beatriz y Luis Alberto Valencia, los Hermanos Valencia. Dada su hermosura la han grabado cantidad de artistas nacionales y extranjeros. Un hit contemporáneo le torna el cantautor chileno Alberto Plaza, utilizando arreglos y armonía modernos, también el connacional Juan Fernando Velasco entre otros artistas.

Letra de la canción

Tu eres mi amor,
mi dicha y mi tesoro,
mi sólo encanto y mi ilusión.

Ven a calmar mis males,
mujer, no seas tan inconstante,
no olvides al que sufre y llora
por tu pasión…

Yo, te daré mi amor
…mi fe, todas,
mis ilusiones
tuyas son

Pero tú no olvidarás
al infeliz que te adoró,
al pobre ser que un día
fue tu encanto tu mayor anhelo
y tu ilusión.

FUENTE: Carrión, Osawaldo (2003 [2014]): Lo Mejor del Siglo XX, Quito, Ediciones Duma, 2014

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