Con un amplio operativo de seguridad, este viernes 23 de octubre del 2015, empezaron las pruebas dinámicas de funcionamiento del tranvía de Cuenca. Este nuevo sistema de movilidad operará desde noviembre del 2016 en la capital azuaya, en el sur del Ecuador.

El acto fue solemnizado por el alcalde, Marcelo Cabrera y representantes de las empresas francesas que están a cargo del proyecto.

El vehículo 1001, de 32 metros de largo, (tres vagones y dos cabinas a los extremos) fue conducido por el francés Philippe Guimamd, de la empresa Alston responsable del material rodante. Cuatro técnicos le acompañaron en el interior quienes se preocuparon de cada detalle: alarmas, tablero de control, luces, frenos, puertas, conexiones eléctricas, alimentadores…

El vehículo partió a las 08:00 desde el patio taller de la avenida México, en el sur de la ciudad, con el característico sonido de la campana y los aplausos de las autoridades y personas presentes.

En estas primeras pruebas, estos vehículos que funcionan con energía eléctrica, solo avanzan en un tramo de 1 700 metros por las rieles ubicadas entre las avenidas México y Las Américas. El recorrido total será de 11 kilómetros, entre ida y vuelta, cuando funcione a finales del 2016.

Foto: Xavier Caivinagua EL COMERCIO

Los ensayos con dos de los ocho tranvías que están en el patio taller se cumplirán sin pasajeros hasta el próximo 2 de noviembre del 2015, en la mañana y noche. Al siguiente día y a propósito de la celebración de la independencia de Cuenca, los vehículos 1001 y 1003 cumplirán cinco viajes con pasajeros particulares en el mismo tramo que está listo con rieles y las catenarias eléctricas.

Está previsto que ese día se cumplan cinco viajes y en uno de ellos estará el presidente de la República, Rafael Correa. Este proyecto se construye con una inversión de USD 231,5 millones de los cuales alrededor del 70% proviene del Gobierno Nacional y el resto corresponde a un crédito del gobierno de Francia.

En las pruebas de este viernes y participaron alrededor de 120 uniformados de la Guardia Ciudadana, Empresa de Movilidad del Municipio de Cuenca, Bomberos, Consejo de Seguridad Ciudadana, entre otras entidades. Ellos se encargaron de mantener distantes del tranvía a los espectadores. El alcalde Cabrera dijo que la capital azuaya y los cuencanos se merecen un medio de transporte silencioso, moderno, confortable y amigable con el medio ambiente.

Fuente: El Comercio 

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