El templo del Señor de Girón se engalanó con arreglos fuera de lo común para acoger a más de un centenar de niños del centro cantonal, que durante tres años se prepararon para recibir su primera comunión en Girón. El espacio físico lució copado de familiares de los infantes que los acompañaron para cumplir este trascendental sacramento de la fe católica.

 

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