Su compromiso de impulsar a corto plazo una reforma migratoria que incluya una vía a la ciudadanía para millones de indocumentados, al incluirla en una ley de gasto que los demócratas quieren aprobar sin votos republicanos.

Biden recibió en la Casa Blanca a una docena de líderes latinos, con los que abordó desde la inmigración hasta la economía y la crisis climática en un intento de mejorar su relación con los hispanos, que le votaron en una proporción menor de lo esperado en las elecciones de 2020.

Durante la reunión, que duró más de una hora y media y a la que también asistió la vicepresidenta Kamala Harris, el presidente “expresó su apoyo a una reforma migratoria a través del proceso de reconciliación” que impulsan los demócratas en el Congreso, explicó la Casa Blanca en un comunicado.

Ese proceso implica incluir una solución para los indocumentados en el paquete de gasto social de 3,5 billones de dólares que impulsan en el Congreso los demócratas -el partido de Biden- y que quieren aprobar mediante un mecanismo conocido como reconciliación, que les permitiría prescindir de votos republicanos.

Ciudadanía para millones “este año”

La propuesta de los demócratas abriría una vía a la ciudadanía para los “soñadores”, jóvenes que llegaron al país siendo niños, además de millones de indocumentados que han sido considerados trabajadores esenciales durante la pandemia y los beneficiarios del Estatus de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés).

“(Biden y Harris) han redoblado su compromiso de conseguir una vía a la ciudadanía para millones de personas durante el proceso de reconciliación”, dijo una de las asistentes a la reunión, Lorella Praeli, copresidenta de la organización Community Change Action.

En declaraciones a la prensa tras el encuentro, Praeli aseguró que Biden entiende que, en este momento, “no hay un camino bipartidista” posible para aprobar la reforma migratoria, y los demócratas tienen que hacerlo solos.

“Tenemos que asegurarnos de que legalizamos a millones de personas este año”, añadió la activista, que nació en Perú, llegó a Estados Unidos como indocumentada y consiguió hace pocos años la ciudadanía estadounidense.

La mayoría demócrata en la Cámara Baja quiere aprobar el paquete de 3,5 billones que incluye las medidas migratorias una vez que el Congreso dé luz verde a un plan separado de inversión en infraestructuras, que ronda el billón de dólares y que el Senado confía en refrendar esta semana.

Sin embargo, algunos legisladores progresistas en la Cámara Baja quieren que ambos proyectos de ley se impulsen de forma simultánea, lo que podría complicar el panorama para su aprobación.

Críticas al “título 42”

Aunque los líderes latinos que acudieron este martes a la Casa Blanca celebraron la postura de Biden en cuanto a la reforma migratoria, también criticaron al menos una de sus políticas en la frontera con México.

Se trata del llamado Título 42, una medida que el Gobierno de Biden prorrogó indefinidamente este lunes y que, amparándose en la pandemia, permite expulsar inmediatamente a la mayoría de los indocumentados que llegan a la frontera, que no pueden pedir asilo.

“Seguimos dejando claro al presidente y la vicepresidenta que no apoyamos el Título 42, y que es esencial que el Gobierno siga deshaciendo las políticas (impulsadas por el expresidente Donald) Trump”, aseguró tras el encuentro Jess Morales Rocketto, de la Alianza Nacional de Trabajadores Domésticos.

Morales Rocketto, vinculada también a la organización “Families belong together”, recalcó la necesidad de que las políticas estadounidenses en la frontera sean “seguras, humanas y respetuosas con todas y cada una de las personas” migrantes.

En general, no obstante, los asistentes a la reunión salieron satisfechos y evitaron criticar a Biden, a quien dieron las gracias por escuchar sus ideas después de cuatro años en los que, con Trump en el poder, muchas de sus organizaciones no tuvieron acceso a la Casa Blanca.

“Ha empezado un nuevo día, y estamos felices de trabajar con este Gobierno en políticas importantes para nuestra comunidad”, afirmó Nathalie Rayes, presidenta del grupo demócrata independiente Latino Victory.

Los latinos y 2022

Ese mensaje era justo el que quería escuchar Biden, cuyo equipo ha multiplicado los contactos con hispanos en parte para reforzar la alianza con tiempo suficiente antes de las elecciones legislativas de 2022, en las que confía en que los demócratas mejoren sus resultados entre los latinos.

Aunque Biden ganó entre los hispanos con un margen de casi veinte puntos sobre Trump en las elecciones de noviembre, el ex presidente consiguió el respaldo del 38 % de los votantes latinos, frente al 28 % que le había apoyado en 2016, según el centro de investigación Pew.

Ese aumento preocupa a la Casa Blanca, que se ha propuesto aumentar sus contactos con líderes latinos en un intento de hacerles sentir implicados en sus políticas mucho antes de los comicios de 2022, informó este martes el diario Politico.

Por eso, durante el encuentro de este martes, Biden no solo habló de inmigración, sino también de la economía, los intentos de varios estados republicanos de restringir el derecho al voto de las minorías y de la pandemia de la covid-19.

“Los líderes latinos han sido esenciales a la hora de ayudar a que este país se vacune”, aseguró el mandatario en declaraciones a la prensa al comienzo del encuentro.

La reunión también tenía como objetivo conmemorar el segundo aniversario del tiroteo de El Paso (Texas), que dejó 23 muertos y supuso la peor masacre de hispanos de la historia reciente de Estados Unidos.

“La amenaza terrorista más letal para nuestra patria en los últimos años ha sido el terrorismo doméstico basado en el supremacismo blanco. Vamos a tener que unirnos contra esta violencia”, subrayó el presidente.

¿Cuáles son las probabilidades de que sea aprobada?

La reforma migratoria necesita 51 votos en el Senado y 218 en la Cámara de Representantes, tras lo cual pasaría a ser firmada por el presidente y se convertiría en ley. Pero aunque los demócratas tengan la mayoría en ambas cámaras del Congreso, el texto aún tiene un largo camino por recorrer.

En la Cámara de Representantes los demócratas tienen la mayoría, pero no es claro si la reforma llegará a esa instancia, ya que primero debe pasar por la cámara “originadora” o donde se presentó primero la ley, que en este caso es el Senado.

En la actualidad, el Senado está compuesto por cien sillas, divididas durante esta legislatura de manera equitativa entre demócratas y republicanos, quienes podrían utilizar la práctica del ‘filibusterismo’ para obstruir la discusión.

Se trata de una herramienta política que en los últimos años se ha convertido casi en la norma en el Senado estadounidense: el partido minoritario la usa para bloquear discusiones de importantes proyectos de ley.

Cuando los legisladores no están de acuerdo sobre si someter un proyecto de votación, la minoría puede tratar de debatir para que no se vote y ‘filibustearla’.

La táctica de demora tiene su origen en la tradición estadounidense de que el Senado es un lugar de debate infinito.

Por lo que para cumplir con el primer paso, se necesita que al menos diez republicanos voten a favor de la reforma migratoria, con el fin de evitar que la iniciativa enfrente el proceso de obstrucción.

Una meta difícil, especialmente en un tema tan polarizante como la migración y cuando la fidelidad del partido Republicano a Donald Trump quedó demostrada tras su absolución en el juicio político por incitación a la insurrección por el asalto al capitolio. El expresidente es un defensor de las fronteras cerradas.

Y ya en 2013 la Administración Obama, de la que Joe Biden era vicepresidente, intentó sin éxito sacar adelante un similar paquete de medidas migratorias.

“Los números le dan, supongo que habrá una negociación tanto dentro del Partido Demócrata como con el fin de sumar algunos republicanos”, dijo a Aquí América el analista José Benegas.

Sin embargo, a pesar de que el debate se prevé largo, algunas organizaciones de migrantes la consideran un histórico primer paso, aunque son conscientes que la ley afronta un enmarañado debate político.

Si el U.S. Citizenship Act of 2021 o la Ley de Ciudadanía Estadounidense 2021 es aprobada, se crearía un nuevo estatus temporal de cinco años para los migrantes que superen revisiones de antecedentes y estén al día con sus impuestos. Este permiso les permitiría vivir y trabajar legalmente durante cinco años.

Al terminar este período, los migrantes podrán aplicar para una residencia y permanecer legalmente tres años más en el país mientras reciben la ciudadanía.

Pero solo quienes hayan ingresado a Estados Unidos antes de enero de 2021 podrían optar por legalizar su estatus migratorio bajo esta ley, quienes viajaron o viajen al país después de esa fecha no califican.

Desincentivar la migración

El proyecto de ley del presidente estadounidense apunta por eliminar los factores que incentivan a las personas a migrar, especialmente a los ciudadanos del llamado Triángulo Norte.

Por otro lado, los ‘dreamers’ o soñadores, es decir, los jóvenes que entraron a la nación norteamericana cuando eran niños; los beneficiarios de Protección Temporal, el beneficio otorgado a ciudadanos de países que están en guerra o que fueron gravemente afectados por un desastre natural y los trabajadores agrícolas podrían obtener la llamada ‘green card’ de manera inmediata.

Fuente: Gregoriff.com


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