José Rudecindo Inga Vélez

Autor del Fox Incaico La Bocina.

Nace en el cantón Cañar, provincia del Cañar, el 22 de marzo de 1901 y muere en el mismo cantón, el 20 de julio de 1984; hijo de Miguel Inga Prieto y de la Sra. Mercedes Vélez; recibió las primeras enseñanzas de piano y violín de parte de su padre, en el conjuntito familiar. Fue maestro en institutos educativos para los cuales compuso sus himnos, siendo su composición estrella La bocina, son suyas; Danzante cañari, Danza runaSacrificio de las hijas del sol, Jahuay, El llanto de la India, etc.

BOCINA. Instrumento musical de viento utilizado por el indígena interandino desde hace siglos. Se compone de una caña completamente hueca y de cuernos en punta a manera de boquilla, que al soplar da un sonido muy propio y sirve para alegrar las fiestas, faenas diarias y mingas del campo. Para cada evento hay un toquido diferente: para la siembra, deshierba, cosecha, etc.

Historia de la canción

“en los años 20, llegó al cantón Cañar la primera planta eléctrica, transportada pieza por pieza en los hombros de los indios; el Concejo Cantonal agradecido por sus servicios les brindó comida, música y bebida, dando lugar a que armaran la gran fiesta. Allí es donde escuché por primera vez una bocina. Para entonces estaba dedicado por entero a la música; las notas emitidas por este instrumento se me grabaron y horas después junto a mi piano, las escribí en el papel; ese mismo día compuse La Bocina”.

Su introducción es idéntica a la que interpretaron aquella vez los indígenas con la bocina. Por esos años mis hermanos Miguel, Pedro y Deifilio integraban la Orquesta Rossini en Cuenca, a ellos remití el original de la composición y fueron los primeros en tocar en público. La canción se difundió tan rápido que al poco tiempo ganó el primer lugar en el Festival de Bandas en Guayaquil y luego fue grabada por la Orquesta Madriguera en New York, dirigido por Paul Whithman, para la marca CBS, Columbia”.

Nota del autor: Existen dos canciones La bocina, totalmente diferentes en letra y música, en lo que se parecen es en el ritmo, nombre e introducción, sumándose a esto una tercera letra de la que no sabemos su origen y la cantó el dúo Benitez-Valencia, con música que utiliza al comienzo la 1ª. canción, al final la 2ª. canción y letra diferente al inicio, siendo:

En lo más abrupto
de la hermosa serranía
bajo un sol tropical,
hay una choza de paja,
donde vive mi ilusión
la mujer de mi pasión,
que me quiere así.

Tiene sus ojos negros toda la alegría
y la belleza agreste de un pajonal.

Qué días tan bellos pasaba con ella
por que yo le amaba con toda ternura,
con el corazón, con el corazón.

Primera canción: De José Rudecindo Inga Vélez, de acuerdo al reportaje de la Revista Estrellas Nº 38 de septiembre de 1968; a la que corresponde nuestra “historia de la canción” y la encontramos en la grabación de Gloria Haro para IFESA, con marco musical en el clarinete el maestro Alberto Quilambaqui.

Letra del Dr. Luis Cordero CrespoSegún comentario de Luis Antonio Villavicencio

Soy la mujer, que domino en las llanuras
junto a la montaña azul y que llora el dolor
con el llanto sin par, del cruel rondador.

En mi inmenso pajonal, vivo amando con pasión
el alma ruda del zagal, que sueña alcanzar, con su amor los cielos.

La reina soy, de la bella cordillera
que, bañada por el sol, le cubrió de esplendor,
le dio fuego y calor, que en mi pecho, siente ardor.

En mis ojos tengo luz, en mis labios el coral,
y en mi canto un manantial, de la bocina oriental.

¡Oh! flor del capulí me llama él a mí,
aquel pastor gentil que siempre amare.

Y en mis colinas soy la indianita más querida,
los vaqueros y gañanes, hacen fiesta para mi.

Soy la flor del capulí que en los valles del Azuay
siempre, siempre reinaré.

Segunda canción: Ha sido cantada por Carlos Jervis como solista, el Trío Los Embajadores, Hnos. Miño Naranjo, Hnos. Villamar, entre otros artistas.

Como dato curioso diremos que todas las canciones La Bocina se le atribuye la autoría tanto las letras como las músicas a Rudecindo Inga Vélez; pero en la Revista Estrellas el Sr. Luis Antonio Villavicencio reclama como suya la canción original o prima. En dicho artículo manifiesta que siendo alumno de Rudecindo le confió el tema que luego él se adueñó. Es menester que las autoridades en estos casos arreglen este problema.

Letra: Flavio, Rafael y Carlos Jervis: La música para muchos es plagio de la primera canción, pero el tema central es diferente en letra y música.

Vivir en el campo, en el campo triste,
que suenan bocinas que las toco yo.
Qué días tan bellos pasaba con ella
porque yo le amaba con toda ternura
por ella lloré.

Por eso viajero, si acaso la encuentras,
dile que sin ella ya no existo yo.
Porque para el indio basta su bocina
que toque en su tumba, al morir el sol.

En la encuesta nos encontramos con el problema de saber a cuál de las canciones La Bocina se refiere el encuestado; consultado al comité de selección llegamos a la conclusión de que se trata de la segunda canción, que es la más difundida y se sigue grabando y cantando.

 FUENTE: Carrión, Osawaldo (2003 [2014]): Lo Mejor del Siglo XX, Quito, Ediciones Duma, 2014
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