Sobre la calle Abraham Barzallo, donde hoy se une con la Antonio Flor, hace varias décadas se levantaban las aulas de la  escuela fiscal de niñas Juan José Flores.

El conjunto de aulas daba lugar a que, retirando ciertos objetos divisorios se convierta en un salón, que suplía la necesidad cantonal de un espacio para eventos públicos. En la época, las opciones de esparcimiento y diversión eran escasas, de allí nació la idea de brindar a los ciudadanos la opción de disfrutar de un floreciente arte a nivel mundial.

Fue el señor Daniel Pinos G. quien introdujo en el pueblo esta iniciativa de proyectar películas a finales de la década de 1940 o inicios del 50, no se cuenta con datos exactos.

Las aulas de la escuela “Fiscal” cada fin de semana se convertían en sala de cine a donde los gironenses acudían a disfrutar del séptimo arte como en las grandes salas del país y el mundo.

El negocio fue vendido posteriormente al señor Manuel Ordoñez quien hizo ciertas adecuaciones y adquisiciones para mejorar la calidad del servicio. Adquirió un motor a diésel  que lo instaló en su casa  en la calle Antonio Flor y García Moreno, desde donde tendió un cable de luz hasta la escuela para poder contar con la energía necesaria, en aquella época el servicio eléctrico se limitaba a pocas horas y era de muy baja potencia. El tiempo que se mantuvo esta diversión no está definido pero se especula sería hasta la década de los sesenta, “Ese tiempo no había energía eléctrica ni televisión… antes era eso la diversión para el pueblo.” Comenta Manuel Ordóñez.

Mientras duró, comenta, la película era un número central en las fiestas, le contrataban a todas partes, Santa Isabel, San Fernando, Zapata, Cofradía y más comunidades, para ello un motor generador eléctrico era enviado con anticipación en acémilas. 

En el centro cantonal, la presentación de la película constituía número principal en los días festivos, y era proyectada bajo auspicio del Municipio en el salón Municipal, que en aquella época se levantaba donde hoy es la iglesia de San Juan de Girón.

La cinta de 16 milímetros recomendada para esté tipo de salas se alquilaba en Cuenca donde el señor Salvador Pacheco Mora, también se conseguía donde los padres salesianos representados por el padre Carlos Crespi, y en ocasiones se las hacia traer de Guayaquil.

Cada semana una película nueva se promocionaba en la cartelera que era exhibida en la esquina de las calles Antonio Flor y García Moreno (hoy Farmacia Margarita), principalmente películas de actores mexicanos (Cantinflas, María Félix, Tin Tan) eran las apreciadas, también Tarzán, y aquellas de tendencia religiosa, la virgen de Lourdes, el calvario, películas cómicas.

Don Manuel Ordoñez no recuerda el tiempo exacto que proyectó películas, asegura que la sala se llenaba los sábados y domingos después de misa y la función se terminaba pasadas las once de la noche. La actividad obligaba a contratar a tres personas, uno que venda boletos, otro que reciba y un tercero encargado de manejar los equipos; además existía una persona encargada de vender chicles, caramelos y otros productos.

Cuando en la región fue mejorando el servicio eléctrico se acabó la sala de cines porque también llegó la televisión.

Artículo publicado en el segundo fascículo de la Revista Girón 360º el 20 de Diciembre del 2015.


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