Girón se apresta a conmemorar por todo lo alto la efemérides del 27 de febrero de 1829. Los gironenses en particular y, el país en general, renovarán en esta fecha sus sentimientos cívicos y recordarán con unción y merecido regocijo la gesta epopéyica protagonizada por Sucre y Lamar en las escarpadas breñas del Portete de Tarqui y de la que, -como premio a la capacidad estratégica y la defensa de causas de justa proporción- las tropas grancolombianas triunfaron sobre aquellos hermanos que sable en ristre nos atacaron alevemente.
La historia recoge esta batalla como el inicio y estandarte de la casi inmediata creación de la nacionalidad ecuatoriana; pues, al año siguiente (1830) se divide la Gran Colombia.
Fecha no menos trascendental es la del 28 de Febrero en que los ejércitos -vencedor y vencido- suscriben el Convenio de Paz que dejara al descubierto la magnanimidad del Mariscal Sucre que jamás se aprovechó de su valeroso y heroico triunfo para imponer condiciones para la firma de tan histórico documento y, más bien, constituye un llamado a la paz, la concordia y el respeto máximo entre los ejércitos enfrentados.
En realidad son de conocimiento total los contornos ocurridos en la batalla; por ello, consideramos irrelevante abundar sobre el particular.
Alcemos el espíritu y sintámonos orgullosos de pertenecer a este noble pueblo que merecidamente ostenta el blasón de “Cuna de la Nacionalidad Ecuatoriana”. Coadyuvemos en la conquista de nuestro propio progreso viviendo sí con el recuerdo de nuestros héroes pero no durmiendo sobre los laureles que a ellos cubrieron en su triunfo.
La mejor y más efectiva forma de honrar a Girón es trabajando por él y amándolo en el desinteresado entusiasmo de su progreso.
Por todo esto, con la algarabía inmensa que nos provoca el hecho de ser poseedores de tan gigantesca historia, pongamos lo nuestro en el avance tangible de nuestra “Patria Chica”.
Dr. M. Calle V.
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