El país reestructuró su deuda el año pasado, al igual que la Argentina. Desde entonces sus bonos sufrían a la par de los emitidos por Martín Guzmán. Pero la elección de un presidente pro mercado separó la suerte de la deuda ecuatoriana y la argentina.

Los bonos soberanos de Ecuador mostraban subas del orden del 15% en la jornada de hoy, el día después de la sorpresiva victoria de Guillermo Lasso en las elecciones presidenciales del domingo. El país sudamericano compartió el año pasado parte de la ruta que transitó la Argentina en materia de deuda, con una reestructuración exitosa en términos de nivel de aceptación, la negociación de un programa con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y, a pesar de todo, precios de títulos soberanos por el piso y rendimientos insostenibles de los bonos soberanos. Pero ahora las suertes de la deuda de los dos países parecen haberse separado: el riesgo país de Ecuador recortó en torno a 450 puntos hoy tras la victoria del candidato pro mercado.

Estimaciones de especialistas los nuevos precios de los bonos llevan al índice Embi+ de Ecuador -el riesgo país que elabora JP Morgan- a cerca de 719 unidades en comparación con las 1.169 unidades a las que había cerrado el viernes pasado.

Los paralelismos con la Argentina, que a pesar de una reestructuración exitosa y el diálogo con el Fondo ve a sus bonos en mínimos sólo compatibles con un muy alto riesgo de default, llamó la atención de analistas y operadores locales, que mencionan a las políticas reñidas con el mercado y la inversión como el trasfondo del mal desempeño de los papeles de deuda. El viernes el Riesgo País de la Argentina cerró a 1.618 unidades. Hasta entonces, aunque a una cierta distancia, el Embi+ de ambos países se movía en paralelo.

“No estaba priceado esto, las encuestas daban que ganaba el rival. La situación de la deuda de Ecuador tenía algunas similitudes con la Argentina, pero ahora el factor político ya no se parecer. Los dos reestructuraron, Ecuador está con un programa con el FMI -no tan grande con la Argentina-, el canje había sido bueno, pero los bonos no paraban de caer”, dijo Fernando Marull de FMyA.

Para inversores internacionales, el resultado de una elección que aparecía como reñida es un fundamento por demás suficiente para explicar el cambio en los precios de los bonos ecuatorianos.

Lo que estamos viendo hoy es la celebración, esto es un cambio muy relevante. Ecuador le dijo no a Rafael Correa y era algo que no se esperaba necesariamente, porque el discurso populista gana muchos corazones”, dijo Alberto Bernal, director de estrategia de XP Investments en Nueva York.

“El punto de Lasso es que es un tipo que entiende el mundo, como funcionan las finanzas, por qué razón Ecuador está en un proceso con el FMI, entiende de sostenibilidad de deuda y de la necesidad de la inversión. Estamos en un tema en el que el mercado dice, bueno, este es alguien con el que podemos conversar. Lasso es lo mismo que (Mauricio) Macri en Argentina”, agregó el operador.

Las tasas de los bonos, el descuento de precio con el que cotizan en el mercado y que resulta en un rendimiento esperado al vencimiento, mostraron un derrumbe enorme esta mañana. El viernes, el bono ecuatoriano con vencimiento en 2030 ofrecía un rendimiento del 13,65% y esta mañana estaban en 10,18%. A menos riesgo de impago percibido por el mercado, el precio de los bonos suben y el rendimiento cae. Si, hipotéticamente, Ecuador quisiera emitir un bono hoy tendría que pagar mucha menos tasa que el viernes pasado.

“El reto para el gobierno de Lasso será encontrar un equilibrio entre un programa del FMI que sea realista bajo una coalición política débil. Suponemos una reacción inicial de vuelta a los rendimientos del 10%-10,5% del bono a 2040, pero es posible que se revisen los rendimientos de salida del 9% tras la reestructuración de principios de septiembre del año pasado, cuando había un último optimismo de continuidad de las políticas favorables al mercado y un fuerte apoyo multilateral. No hay una solución rápida bajo el débil mandato de Lasso, con un proceso de varias fases para abordar las reformas estructurales (reformas laborales y fiscales) que aumenten la tendencia de crecimiento económico, al tiempo que reducen las abultadas nóminas públicas y la obtención de grandes necesidades de financiación bruta. El reto consistirá en obtener una financiación consistente sobre un ajuste fiscal sólo gradual y un crecimiento cíclico sólo gradual en los sectores estratégicos”, escribió Siobhan Morden de Amherst Pierpoint Securities.

Fuente: Infobae


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