Daysi Fernanda Criollo implementó un invernadero automatizado.

Las historias de jóvenes que tratan de salir adelante pese a las limitaciones se encuentran en las escuelas de emprendedores del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG). Los proyectos innovadores surgen de sus alegrías y tristezas por alcanzar el bienestar de sus familias.

Una de esas historias se origina en la comunidad Lancón, un poblado ubicado entre montañas que limita las parroquias cuencanas de Paccha y Santa Ana.

Daysi Fernanda Criollo, quien a sus 27 años de edad, tiene tres niñas y espera por su cuarto hijo, es la protagonista de esta historia. Fernanda, como la conocen sus familiares, obtuvo en junio del presente año el segundo lugar a nivel nacional en el certamen “Hackatón”, de los proyectos derivados de la segunda escuela de emprendedores “Joven Rural”, con el enfoque de “Riego inteligente”.

Su proyecto trató de un invernadero automatizado que entre los beneficios reduce los tiempos de cultivo que surgió de una idea de su esposo, Raúl Maita, de 29 años de edad, quien es amante de la fotografía y se ingenió la automatización de un objeto para tomar imágenes de productos.

La clave del invernadero automatizado son los diferentes tipos de sensores que dependiendo, sobre todo, de factores como la humedad y la temperatura provocan que se active automáticamente el riego, el calor e incluso da lugar al ingreso de la corriente de aire que requiere el cultivo.

Ella puso en práctica su invernadero automatizado en una pendiente de complicado acceso para quienes no están acostumbrados a lidiar con el campo, así puede acceder al agua de la quebrada más cercana. Se le ocurrió el cultivo de fresas por la rentabilidad en la comercialización.

Necesidad

Fernanda recibió como premio un diploma y una tablet; no obstante, comentó que no pudo acceder a un crédito para iniciar con su sueño de crear una empresa de automatización de cultivos, jardines verticales, macetas y otros objetos.

La causa, la falta de un garante e ingresos porque apenas sobrevive en estos momentos con algo más de 150 dólares y la ayuda de sus padres y suegros.

Su esposo, quien aprendió el oficio de la carpintería, migró hace un mes a los Estados Unidos (EE.UU.) y tal vez llegue a Norteamérica en estos días.

Lo hizo con el anhelo de pagar primero la deuda de algo más de 15 mil dólares que adquirió por migrar, y a la par, de reunir dinero para implementar dicha empresa de automatización.

Mientras esto suceda, Fernanda no decae pese a la tristeza de no tener a su esposo a su lado. Ella sigue innovando en sus proyectos con los conocimientos adquiridos en las escuelas del MAG.

La joven trabaja por ahora en un nuevo proyecto sobre un sistema semihidropónico para el cultivo de fresas que se caracteriza por un riego automatizado por goteo.

Asimismo, participará desde hoy en la tercera escuela de emprendedores “Joven Rural”, relacionada a “Ganadería inteligente”, con el propósito de seguir preparándose para cambiar sus condiciones de vida. (BPR)-(I)

287 jóvenes inscritos

El Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) iniciará hoy con la tercera escuela de emprendedores “Joven Rural”, con el enfoque en “Ganadería inteligente”. En la provincia del Azuay participarán 287 jóvenes desde los 18 hasta los 29 años de edad.

De total de participantes, 155 son mujeres y 132 hombres. Los jóvenes que provienen del cantón Cuenca son 121; de Sígsig, 38; de Gualaceo, 32; de Pucará, 26; de Paute, 23; de Nabón, 11.

Además, de San Fernando, nueve; de Santa Isabel, nueve; de El Pan, siete;  de Camilo Ponce Enríquez, tres; de Guachapala, tres; de Chordeleg, dos; de Sevilla de Oro, dos; y de Oña, uno. No se registran participantes de Girón.

Las capacitaciones -que tendrán una duración de 11 semanas y serán de forma “virtual”- constan de cuatro módulos sobre: Conductas emprendedoras; Educación financiera; Ganadería inteligente; y Liderazgo y asociatividad.

En “Ganadería inteligente” se abordará: Gestión ganadera, Diseño de potreros; Nutrición estratégica bovina; Teledetección aplicada al manejo de pasturas; Buenas prácticas de ordeño y manejo de leche; y Trazabilidad y documentación. (I)

DETALLE

La inversión entre los dos proyectos llega a unos 1.000 dólares. Fernanda realizó el invernadero como parte de su tesis para graduarse de ingeniera agrónoma en la Universidad de Cuenca.

Fuente: El Mercurio

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