Las expectativas de la mayoría de los ecuatorianos estuvieron en el debate, de ver a dos presidenciables jóvenes, el uno “ganador” del primer debate y por ende con las expectativas de los públicos en ver cómo se desenvuelve en función del potencial primer mandatario del país, y la segunda, una mujer candidata, representante del correísmo, que quiere mostrarse como alejada del fantasma del refugiado del ático, pregonando que va a gobernar. Empero, estas expectativas como que se diluyeron y casi que defraudaron a la mayoría de los ecuatorianos que esperaban definir a su candidato.

Siendo honestos, ambos candidatos no fueron originales, se pronunciaron siguiendo las directrices de sus asesores, evitando meteduras de pata, sin mostrarse como ellos, sin desarrollar sus potencialidades y peor explicando a la población los cómo y los conqués. El debate quedó como noticia de ayer, sin impacto, generando más dudas que certezas, y mostró una vez más que detrás de estos seres humanos hay grupos interesados, como ha sido el devenir histórico ecuatoriano.

Estamos tan confundidos que dudamos de los dos candidatos, de sus asesores y acólitos que parecen que tratan de llegar al poder para poner presidente y poder seguirnos dominándonos, olvidándose de los partidarios y de los usados como votos.  No puede, ni debe ser que un debate como el presente, nos muestra limitaciones que desesperanzan a los públicos. Nos confunden sobre sus intenciones, capacidades, pero, sobre todo, por su dependencia a ciertos personajes que ha sido actores no tan positivos de nuestra historia. Buscaron el empate, conveniencias, pero que defraudó a un público que quiso saber al menos quién podrá dirigir a un país que está la deriva.

Los candidatos cumplieron con presentarse, pero el país se frustró en sus expectativas, hasta el punto de que, casi de seguro, no disminuirán los indecisos, por el contrario, creemos que las dudas se incrementaron, se dará mayor migración de votos dudosos, los nulos no disminuirán, y en el mismo día de las elecciones se cumplirá con la obligación al decidir por quién votar, cual suerte de sello o cara.

Anterior

Nota de Pesar | Inés Victoria Ortiz de Delgado

Siguiente

Estados Unidos reanuda la deportación de migrantes a Venezuela tras llegar a un acuerdo con Gobierno de Maduro

Revise También: