Es un tema tratado como un tabú y con ausencia de políticas públicas específicas, en efecto, se ha considerado en los programas de salud sexual y reproductiva a las mujeres en edad fértil, sin considerar aquellas que han sobrepasado la menopausia, es decir que no pueden procrear, o caso contrario se enfoca a la salud sexual de personas adultas mayores máximo al cuidado de los órganos sexuales. A partir de la menopausia se da un promedio de 25 años en donde las mujeres pueden tener y tienen una sexualidad activa. Aquí cabe las interrogantes: ¿Cómo es posible que no queramos aceptar una realidad de sexualidad activa en las mujeres mayores de 50 años, con todos sus derechos e interrogantes? ¿Qué se supone que pasa con el cuerpo de la mujer luego de la menopausia?….hay un silencio importante. La mayoría de mujeres no quieren abordar estos aspectos por cuanto existen una serie de construcciones sociales negativas basadas en mitos y prejuicios. Lo opuesto, a los hombres mayores la sociedad les brinda posibilidades de seguir con su vida sexual activa y hasta muchas veces sobredimensionada, ejemplo de lo mencionado está en el hecho de que al hombre mayor en muchos espacios se los ve como “sexis”, interesantes, atribuyendo incluso cierta atracción a las canas, asimismo observamos que esta desigualdad se hace más notoria cuando aparecen con más frecuencia ayudas técnicas a favor de la sexualidad de los varones “viejos”, como prótesis, pastillas, etc.
Para evitar esta discriminación creemos que es necesario incluir un programa específico para los derechos sexuales y (no) reproductivos en la vejez a fin de brindar información y realizar prevención de las enfermedades de trasmisión sexual.
Asimismo el tema: edad, género y sexualidad, debe ser tratado lo más pronto posible por el MSP, el MIES, el IESS y de manera especial en el debate a la promulgación de la Ley de los Derechos Colectivos en la Asamblea Nacional Constituyente.
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