Casos de estafas se escuchan que se vuelven a dar con cierta periodicidad, utilizando trucos que ya son conocidos y repetitivos. Una llamada telefónica o mensajes manifestando que un familiar o amigo se encuentra atravesando momentos difíciles en un viaje o porque ha tenido algún percance. Entonces se solicita con urgencia el préstamo de dinero que debe ser depositado en una cuenta o transferido.

Uno de estos delitos se perpetró en Guayaquil donde el delincuente contactó con la tía de un ciudadano gironense quien supuestamente tuvo un accidente y requirió dinero para “arreglar”, 200 dólares fue el monto del perjuicio; otro caso estuvo a punto de darse pero se descubrió la intención a tiempo.


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