La necedad es una actitud impropia que esgrimen algunas personas, equivalente a terquedad e insistencia a hacer o no hacer una determinada actividad, proyecto u objetivo, menoscabado consecuencias y desoyendo consejos, la razón y la pertinencia. Los individuos que recaen en esos comportamientos son conocidos como necios, habiendo en este mundo desigual tantos de ellos que sería imposible cuantificarlos, sin embargo, a la final acarrean daños y a veces graves a lo individual y peor al colectivo.
Estas necedades se dan también a nivel de autoridades que, prevalidas de su posición y equivocados razonamientos, causan muchos daños a la sociedad, recalcando que estos quedan ante la ausencia con el tiempo de los causantes sin que humano alguno pueda ya tarde resarcir sus consecuencias.
Se presentan en todos los pueblos y el nuestro no puede ser la excepción, conociéndose de varios desajustes sin que el mismo tejido social reaccione oportunamente dejando para más tarde y solo en comentarios detrás de la cortina que a nada bueno conducen.
Todos podemos tener algo de necios, siendo importante reconocer los errores para cambiar en función de no hacer daño. Creemos que como humanos podemos errar, sin embargo, como seres que nos creemos pensantes debemos también reconocer y rectificar. En este marco es incuestionable la necedad de mantener en Girón los parterres de la Girón-Pasaje en total abandono, convirtiéndose en el monumento a la desidia, además de otras obras en semi- abandono y la necedad de seguir con obras clientelares para justificar el paso por una administración que lo que debe generar son productos que nazcan de la razón, la necesidad, la inteligencia y la consulta a las mayorías.
Es hora que se acaben las necedades.
