Día de la Tierra: una jornada para poner en valor la casa de todos
Ha llovido mucho desde 1970. Pero algunas cosas son similares. Entonces, como hoy, el mundo vivía un momento de efervescencia social: protestas contra la guerra de Vietnam, movimientos por los derechos civiles… y una conciencia ambiental que empezaba a despertar entre el humo de las fábricas y los vertidos a los ríos.
Aquel 22 de abril un senador de Wisconsin (EEUU) llamado Gaylord Nelson vio claro que había que hacer algo. Inspirado por el activismo estudiantil, propuso un día para poner el foco en los problemas del medioambiente. Se organizó una movilización nacional con manifestaciones, charlas y performances. Resultado: más de 20 millones de personas salieron a la calle en la primera edición del Día de la Tierra. Lo nunca visto.
Desde entonces, la cosa ha evolucionado, aunque no han ido precisamente a mejor. Eso sí: la movilización social ha creacido hasta límites nunca vistos. Actualmente, más de mil millones de personas en 190 países participan en el Día del Planeta.
Una cuestión de urgencia
No: no se trata solo de celebrar “lo bonito” que es el planeta en el que vivimos, —que también—, sino de recordar lo urgente: el cambio climático, la pérdida de biodiversidad, la contaminación del aire, del agua, de los suelos… Problemas que no son abstractos: afectan a cómo vivimos, qué comemos y hasta cómo nos relacionamos.
En ese sentido, el Día de la Tierra no es una fecha “para salvar al planeta”, sino para salvarnos a nosotros mismos y a nuestra forma de vida. Para reconectar con lo esencial, repensar nuestros hábitos y entender que cada gesto cuenta. Sí, también apagar la luz, reutilizar esa bolsa o decirle “no” al fast fashion por una vez.
¿Lo mejor de todo? No hace falta ser un gurú del ecologismo para formar parte del cambio. Basta con cuestionarse cosas. Empezar por algo. Porque la Tierra no necesita superhéroes: necesita gente normal haciendo cosas normales con conciencia.
Así que este 22 de abril, y de ahora en adelante, hazle un hueco al planeta entre tus prioridades. Sal a pasear, planta algo, infórmate, dona, comparte, actúa. Lo importante no es que lo hagas todo, sino que empieces por algo. Porque, como decía alguien por ahí, no hay un planeta B. ¿Lo cuidamos?
Fuente: Los 40