Los páramos de Cuenca
El cantón Cuenca no es solamente el extenso valle de Guapondélig o Paucarbamba, sino que llega por las estibaciones de la cordillera occidental a regiones tropicales, posee algunos de los reductos más importantes de bosque andino de esta estribación en el sur del Ecuador y es esencialmente un territorio Altoandino, pues más de la mitad de su extensión está cubierto de páramos.
La ubicación del Cantón es particular desde el punto de vista biogeográfico, al parecer, las depresiones de los ríos Chanchán y Cañar al norte y las depresiones de los ríos Jubones y León al sur, provocan asilamiento latitudinal en las poblaciones de fauna en esta región de los Andes (Poulsen y Krabbe 1998), esto sumado a fenómenos como cambio climático, vulcanismo y fragmentación, inducen procesos de especiación en la región (García-Moreno, et al. 1999).
La ubicación del Cantón permite que en su fauna estén presentes elementos de varias provincias biogeográficas de las Regiones Neotropical y Andina. Nuestro territorio está influenciado principalmente por la provincia de páramo norandino de la subregión páramo puneña en su piso altoandino. Los pisos más bajos tienen una influencia principalmente de la región neotropical; de las subregiones caribeña y Amazónica.
A más de la importancia de la diversidad de especies, también se debe destacar que gracias a las áreas protegidas de Cuenca, se conservan una serie de especies amenazadas a nivel global, es así que el Parque Nacional Cajas alberga especies con requerimientos de hábitat muy específicos, como Atelopusexiguus, A. nanay, Telmatobiusníger, PholidobolusmacbrydeiHyloxallusvertebralis, H. anthracinus, Gastrothecapseustes, G. litonedis cuyas poblaciones conocidas en mejor estado de conservación, se encuentran en los micro hábitats asociados a cursos de agua y bosques que se hallan protegidos dentro del PNC.
Es importante destacar la alta diversidad del orden carnívoro, con 14 especies en el Parque Nacional Cajas, pues este taxón puede ser utilizado como un indicador de la calidad de los ecosistemas, debido a su alta especificidad y amplitud de requerimientos.
Esto lleva a concluir que Cuenca se encuentra en un importante centro de especiación y endemismo, esto se puede comprobar al realizar análisis comparativos con otros ecosistemas de montaña del Ecuador.
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SOBRE LOS PÁRAMOS
Los páramos tienen una importancia innegable para Cuenca, de ellos depende su dotación de agua potable, han tenido una importancia primaria en el imaginario cultural y religioso, no solo por sus montes sagrados de la época precolombina, sino hasta la actualidad. Las montañas que rodean el valle de Cuenca, son nuestros compañeros permanentes y cuando por circunstancias de la vida nos toca vivir en praderas o tierras planas de otras latitudes, los cuencanos sentimos que algo falta, que no tenemos quien resguarde nuestra espalda.
La Provincia del Azuay es la segunda en el país con mayor extensión de páramos, con alrededor de 300 mil hectáreas, y la primera de la sierra; superada únicamente a nivel nacional por la provincia amazónica del Napo. Casi el 60% de los páramos de la provincia del Azuay están en la cordillera occidental, páramos que el cantón Cuenca comparte con sus vecinos Girón, San Fernando, Santa Isabel y Pucará.
Más del 70% de los páramos occidentales del Azuay están en el cantón Cuenca, que además es el más extenso de la provincia. El páramo como decíamos es el ecosistema mejor representado del cantón, pues algo más de la mitad de su territorio está representado por este ecosistema tan poco conocido. A primera vista, creemos que los páramos son solamente grandes extensiones de pajonal, en los que no existe una importante biodiversidad, siendo la realidad absolutamente contraria.
Como ejemplo, al comparar la diversidad de aves del Parque Nacional Cajas con tres de los más importantes Parques Nacionales de Norte América: PN Everglades, PN Gran Cañon y Parque Nacional Yosemite, en todos los casos la diversidad de aves del Cajas supera el 70% de las que pueden encontrarse en esos parques (71% de Everglades, 70% del Gran Cañón y 83% de Yosemite) a pesar de tener una territorio menor a la centésima parte de la superficie de los citados parques (0,4 0,5 y 0,9% respectivamente).
Al contrario de lo que podría pensarse, la diversidad de nuestros páramos es extraordinariamente alta, para un ecosistema con condiciones de vida tan extremas. Los ecosistemas de montaña representan aproximadamente el 27% de la superficie terrestre y están presentes en todos los continentes y todos los biomas terrestres, sin embargo, aquellos que se encuentran en los trópicos, son los más importantes para la conservación de la biodiversidad a nivel global por sus altos niveles de diversidad y endemismo.
El bioma páramo, puede considerarse el de más reciente formación en los Andes, pues los procesos geomorfológicos y de colonización, tienen menos de tres millones de años y está determinado por sus condiciones altitudinales, incidencia de la radiación solar, humedad, precipitación y su ubicación en la zona central del corredor biológico hemisférico.
Los páramos, por tanto, se constituyen en uno de los pocos ecosistemas endémicos de la región. Se encuentran restringidos en parte, debido al determinismo climático imperante, desde el Pleistoceno y sus variantes Holocénicas. Esto hace que los páramos, en su concepción más estricta de comunidad biótica, solo estén presentes en tres países del mundo: Venezuela, Colombia y Ecuador. (Castaño-Uribe, 2002). Por tanto, los páramos de Cuenca se encuentran en el límite sur de esta formación, antes de ser reemplazada por la Puna en el Norte de Perú.
Como parte de los estudios de actualización de información biológica del Parque Nacional Cajas, se realizó una comparación de la diversidad de micro mamíferos terrestres con Papallacta en el Nororiente y de avifauna con el Parque Nacional Podocarpus en el suroriente. En términos de composición en niveles taxonómicos superiores, se encuentra una similaridad entre el Cajas y otros lugares como Papallacta (Ver Voss, 2003), ambas faunas (Sorenson 0,66) presentan marsupiales y musarañas, junto a roedores akodontinos, ichthyomyinos, oryzomyinos, phyllotinos, y thomasomyinos, siendo éste el grupo al que pertenece el mayor número de especies de cada sitio. Por el contrario, si tomamos taxones inferiores (a nivel de especie), los resultados de similaridad son mucho menores (Sorenson 0,4), lo que indica un grado sorprendente de complementariedad a nivel específico (sensu Colwell y Coddington, 1994). En el caso de las aves la situación es muy similar, se tomaron análisis de similaridad de familias, siendo casi iguales en cuanto a composición, difiriendo únicamente por la presencia de familias de aves acuáticas migratorias en el Cajas. Los índices de similaridad varían al tomar en cuenta las especies, por lo que se observa una complementariedad semejante a la de los mamíferos.
Fuente: El Mercurio
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