Es común ver y sobre todo escuchar cada domingo y desde hace algunos meses a estos personajes comercializando lechones por el centro cantonal. Claro está que todos tenemos derecho a trabajar, pero no está bien hacerlo maltratando animales. Los cerditos son llevados colgados de sus patas y golpeados su hocico contra el piso, lo que provoca chillidos exorbitantes en la ciudad, al parecer a propósito para llamar la atención.

El 18 de noviembre de 2018 el GAD cantonal puso a disposición la feria ganadera la cual funcionaría cada domingo desde las 7:00 de la mañana y aquí surgen algunas preguntas:

– ¿Se está dando el uso adecuado de este espacio? (Que por cierto hubo una inversión de 2.000 dólares para su adecuación y se prometió seguir interviniendo con más infraestructura) y si es así ¿existe alguna autoridad que exija el adecuado funcionamiento de esta feria?.

-A las autoridades encargadas de la regulación de vendedores ambulantes, otro tema gravísimo que está acabando con el orden del cantón: ¿Están haciendo algo o se han dado cuenta de este problema?

-A los llamados defensores de los animales que últimamente revientan las redes sociales: ¿Saben que estos animales también merecen su atención?

Lamentablemente las leyes de este país no están hechas para proteger y amparar este tipo de actos repudiables, o las existentes no se respetan. Ahora nos encontramos en medio de una lluvia de promesas y bullicio de candidatos políticos (más bulla que los mismos lechones) y aquí surgen otras preguntas:

-¿Se han planteado en sus proyectos el regular las ventas ambulantes en el cantón?

-¿Harán algo para la protección de animales?

De ser así, esperamos que se cumpla y se respete y como ellos mismo lo gritan: “primero la vida”.

Por Jacob Peralta.

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