Por seis semanas los gironenses celebrarán los milagros que el Señor de Girón les ha otorgado. Procesión, juegos pirotécnicos y gastronomía son parte de los actos.

Al sonido de la chirimía o dulcena interpretada por Juan Tenemea, quien dirigía la banda de música que anunciaba la salida del ‘Señor de Girón’ de la iglesia matriz, los priostes ‘Fiesta Alcalde’ y devotos caminaron la tarde del miércoles en procesión junto a la imagen.

Luego de que esta semana iniciaron las celebraciones del patrono, los priostes principales llevaron la imagen del santo a su hogar donde compartieron comida, bebida, cánticos y rezos en agradecimiento a los milagros que, según cuentan los devotos, el Señor de Girón les ha dado.

Tenemea confesó que esta tradición va acompañada de música, de la que él se ha hecho cargo por más de 20 años. Crea sus propios instrumentos y acompaña a la banda de música del cantón con quienes camina hasta el hogar del prioste.

Se unen las platilleras que portan arreglos florales, las sahumeriantes que llevan inciensos; los borleros que llevan la cinta de la imagen y otros integrantes de la comparsa, protagonistas de las procesiones que se realizan entre las casas de los priostes y la iglesia con la imagen venerada.

Esta fiesta se realiza en este cantón desde hace más de un siglo. Varios gironenses aseguran que empezó cuando los españoles se adueñaron de las tierras y en sus haciendas explotaban el trabajo de los indígenas, quienes -cuando se quedaban solos- mataban los toros de sus amos y otros animales de cría para celebrar esa libertad.

“Son seis semanas de celebración. Los priostes duran una semana y son: la Fiesta Alcalde y los incierros izquierdo y derecho”, manifiesta Manuel Plaza, prioste.

En sus casas cada día se realizan rituales, uno de ellos una corrida de toros todos los sábados, que termina con la muerte de uno o varios vacunos que servirán para alimentar a quienes visiten a los priostes.

Orgulloso de ello se siente Plaza, porque lo hace en agradecimiento al ‘Señor de Girón’ quien le cumplió un milagro. Cuenta que tuvo una caída desde un tercer piso y a los minutos se levantó, sin un rasguño.

Los priostes no escatiman esfuerzo físico o económico para organizar las fiestas que duran casi ocho días en sus viviendas.

La hija de Plaza, Magdalena, también recibió un milagro y ella dice que no miran costos económicos para agradecer al patrono. “Lo importante es compartir con los devotos, la fe que tenemos es grande”. (I)

Fuente: El Tiempo

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