Girón en la educación
Girón es un nombre de mucha trascendencia histórica y cívica para los ecuatorianos. Como territorio, es uno de los patrimonios culturales de la nación. Como hecho de relevancia, constituye la inicial vida republicana del Ecuador. Situado en la provincia del Azuay, fue escenario la gloriosa Batalla de Tarqui, ocurrido el 27 de febrero de 1829.
Este sustantivo masculino, asimismo se define a una especie de faja, que se echa en el ruedo del sayo. “Porción desgarrado de cualquier traje. Tipo de pendón o estandarte, que se remata en una punta, en heráldica figura de tipo triangular, empleada en un escudo o pieza metálica”.
Este emblemático nombre, también se posesionó en las mentes progresistas y generosos corazones de los mantenses, desde el año de 1912, cuando en lo que hoy es la parroquia Tarqui, luego de una gran “batalla” de gestiones cívicas, tiene su génesis la Escuela, hoy llamada Unidad Educativa “Girón”.
Esta singular batalla, no necesitó de armas bélicas, sino de educativas, como los libros, lápices, cuadernos y pizarrones, para llevar el aprendizaje, los valores y por consiguiente mejorar el acervo cultural de niños y jóvenes, muchos, de los cuales son notables profesionales y hombres de bien.
La primera héroe educativa, que inicio esta batalla fue la Srta. Sara Zambrano, de ideas positivas y capacidad de servicio, teniendo eco en el señor Ismael Murillo, quien pone a disposición su casa para que allí funcione la Escuela, el 30 de agosto de 1912, abría las puertas a la luz del saber a 25 niños y niñas.
En 1929 la Escuela tomó el nombre de Girón. En 1947 el concejo cantonal llega a un acuerdo con la Dirección Provincial de Educación de Manabí, para que la Escuela pase a ser fiscal, siendo nombrado director de la misma el Sr. Carlos Hernández, funcionando con 4 grados en casa de don Melchor Vélez.
En 1959 el Sr. Otto Swar dona el terreno y en el gobierno de Velasco Ibarra, se construyen 7 aulas, dirección y servicios higiénicos, obra que se inaugura el 31 de agosto de 1961, en lo que hoy es el barrio Jocay.
Realzan nombres dejando huellas imborrables, como Orfa Cedeño, Gerardo Martínez, Estefanía Zabalú, Roberto Escandón Astudillo, Alejandro Alvia, Floridalba Cedeño, Lirys Nieto y Darlin Campuzano, última maestra que ha enfrentado con gran mística la modernización educativa, al cumplirse los 107 años.
Fuente: El Diario