Comida chatarra
A propósito del impuesto que quiere poner el Gobierno Nacional al expendio de la comida chatarra, debemos asumir que todos somos responsables y/o corresponsables de la producción y consumo de tal comida, en efecto, estamos involucrados directa o indirectamente con este tipo de alimentación, si es que así se quiere llamar. Comenzaremos mencionando el de que se trata, y del porqué de su nombre, y llegaremos a la conclusión de que son productos que se expenden y consumen como alimentos, pero que tienen un alto contenido de azúcares y de grasas saturadas de difícil digestión, y que al final terminan por ser parte de las reservas o depósitos del organismo que al incrementarse llegan a producir el sobrepeso y algo más grave la obesidad. Aparecen en la sangre como valores elevados y anormales de glucosa, triglicéridos, colesterol, ácido úrico y otras substancias, que son las responsables de muchas enfermedades como la diabetes, hipertensión arterial, gota, infarto de miocardio (corazón), accidentes cerebro-vasculares (derrames), y otras, que disminuyen la calidad de vida y lo más grave, que acortan la expectativa de vida de la población, al convertirse en factores predisponentes y/o desencantes de muerte.
Todos somos parte, en mayor o menor grado del problema, cuando producimos y consumimos esta comida, cuando promocionamos y comercializamos, y sobre todo cuando lo preferimos, sabiendo que es dañina para el organismo. En nuestro Cantón es común y tan popular la venta en los “carritos” de las papas fritas con vienesas, sumado aditivos tipo salsas o mostazas, que son un plus a la comida que desde ya es chatarra, también se comercializan los “chuzos”, empanadas, “perros calientes”, hamburguesas, etc. y ni que hablar de las famosas cadenas internacionales que nos ofrecen desde pollos broster hasta recetas cargadas de grasas, y que siendo honestos todos lo consumimos.
Planteado el problema, y ante la citada decisión de crear el impuesto a la comida chatarra, debo decir que si bien entra en el tema libertad , por cuanto de manera indirecta coarta el derecho del que todos tenemos de alimentarnos de lo que nos parezca, sin embargo, hay que reconocer que persigue un bien colectivo, y por ende debe ser trabajado como un proceso con la intervención de varios sectores y actores , en base de una política pública razonada, no discriminatoria, y que beneficie a las mayorías y específicamente a la salud de los ecuatorianos en concordancia de lo que se preconiza en el Buen Vivir.
Ya en el campo operativo, y antes de dictarse el impuesto, creo que debemos hacer una reflexión, el hecho de prepararnos desde varios frentes, como : trabajar en la raíz del problema, con una adecuada educación a nivel del núcleo de la sociedad que es la familia, para que se cambie los malos hábitos alimenticios, a las autoridades que legislen y hagan cumplir normas y ordenanzas que traten de limitar la producción, el expendio y el consumo de comida chatarra , y sobre todo , ante el potencial problema a presentarse en relación con la desocupación , es necesario que los entes correspondientes y sobre todo aquellos que están empeñados en fortalecer a los emprendedores y a la microempresa , busquen alternativas que protejan a los grupos que trabajan en la micro comercialización de la famosa comida chatarra por un cambio hacia la comercialización de nuevos productos, más nutritivos y menos dañinos para el consumo popular. Obvio que esto requiere de un proceso que no puede darse de un día para el otro, en donde todas y todos estemos involucrados.
Dentro de este contexto es necesaria la intervención directa de Ministerio de Educación, tanto como promoción de salud , cuanto como control en el expendio de alimentos en los bares, del Ministerio de Salud en el campo de la Atención Primaria en Salud en donde se da prioridad a la promoción y prevención en salud, a los Gobiernos Autónomos Descentralizados mediante la expedición de las correspondientes leyes y ordenanzas sobre el tema , así como a las organizaciones e instituciones que trabajan para su adecuado cumplimento , siendo en el presente caso el control en el expendio de comida chatarra.
En fin, todos somos parte y solución del problema………….primero está nuestra salud.
Dr. Hugo Lucero Luzuriaga
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