Para los organismos de socorro, el acudir a las emergencias en la vías es tan complicado como arriesgado, la irresponsabilidad de muchos o casi todos los conductores entorpecen y obstaculizan el paso de ambulancias y otros vehículos de emergencia.
En el caso del accidente del viernes se formaron hasta tres filas de vehículos en ambos sentidos, una ambulancia debió salir de retro al menos unos 150 metros porque no tenía donde dar la vuelta, mientras que un camión cisterna de bomberos tubo que abrirse espacio para poder llegar al sitio de la emergencia.
Estas actitudes son ya normales en el medio, donde cada quien busca llegar lo más adelante posible para ver que sucede y cuando se habilite el paso salir primeros, pero lo único que se logra es poner en peligro la vida de quienes necesitan atención emergente porque demora minutos el poder acceder a la escena del accidente.
También se pone en riego a los rescatistas, al no contar con las debidas normas de seguridad que los protejan, y lo propio lo hacen las decenas de curiosos que también están expuestos a algún accidente, pues la zona en ese momento esta en emergencia y cualquier imprevisto puede ocurrir.
Lo lamentable es que las entidades de tránsito tampoco colocan señalización alguna en la zona, ni imponen autoridad y peor aún sanción a los irrespetuosos. Al parecer todos desconocemos las normas de tránsito y como se debe actuar ante emergencias. Actitudes como estas se provocan el caos y ponen en riego la vida.
