Delegados de organizaciones como la Federación de Organizaciones del Azuay (FOA), Yasunidos, entre otras, llegaron ayer hasta la puerta de la Alcaldía de Cuenca, donde hablaron de su pedido de moratoria minera y su preocupación sobre el futuro de las fuentes hídricas de las que se abastece Cuenca, frente a proyectos mineros como Quimsacocha y Río Blanco.
A la comitiva se unió la concejala Dora Ordóñez, miembro del Cabildo por el Agua, quien afirmó que falta la voluntad de un edil más, para poner el tema en el orden del día para sesión del Concejo Cantonal de Cuenca. “Puede hacerlo el alcalde o lo podemos hacer 8 concejales, en este grupo está la vicealcaldesa Ruth Caldas, Carolina Martínez, Iván Granda, Norma Illares, Lauro Pezántez, Monserrat Tello y Narcisa Gordillo, nos falta uno”, dijo.
“No existe un sólo estudio, apenas hay términos de referencia en nueve hojas que no sabemos quien lo hizo, solo está firmada una hoja por el alcalde; se indica que se hará el monitoreo para las operaciones de explotación minera, si ya van a explotar entonces para qué estudios posteriores. La propia consultora BRGM, ha pedido que se hagan estudios a detalle, los mismos consultores mineros dicen que la información es incompleta y que hace falta profundizar sobre una zona con alto valor ecológico y muy sensible”, agregó.
Kléver Calle, de la organización Yasunidos, dijo que uno de los grandes riesgos por los que se oponen a los proyectos mineros es la alta probabilidad de generación de drenaje y liberación de metales pesados y arsénico (cancerígeno), y que los propios estudios de la compañía minera señalan la preocupación del manejo del agua que va a llegar a la mina.(AZD)-(I)
EL DETALLE
* Se denunció: los estudios con la U. de Cuenca y la UDA, serán contratados no para investigar los riesgos de explotación minera en los páramos, sino para generar las bases para un monitoreo del agua durante la ejecución de los proyectos mineros.
Fuente: El Mercurio
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