Dr. Hugo Lucero L.
Por: Dr. Hugo Lucero L.

El 23 de abril fue escogido por la UNESCO como fecha para celebrar el “Día mundial del libro”, que tiene muchas connotaciones pero fundamentalmente el de incentivar la lectura a nivel mundial.
Leer es positivo, y largo sería enumerar sus beneficios, sin embargo es tan cierto que un porcentaje importante de la población desconoce de esta realidad, y lo más preocupante es que el hábito de la lectura en el Ecuador es reducido en relación a otros países de América Latina ni que comparar con similares de Europa. En efecto, y para  mostrar una realidad presentamos algunos datos del Ecuador:  En el 2012 un estudio de la UNESCO, en cuanto a lectura de libros encontró que el Ecuador estaba a la cola en la región (América Latina y el Caribe), con un promedio de 0.5 libros al año por persona; en el  2013, en una encuesta del INEC realizada en 5 ciudades del Ecuador mostró los siguientes resultados.: el 27% de las personas entrevistadas declararon no tener hábito de leer y de ellas, el 56.8%  dijo que no le interesaba la lectura. De las 5 ciudades en donde se realizó la encuesta, Cuenca es la ciudad en donde menos se lee, contrastando con los innumerables títulos atribuidos a esta Ciudad, como: “La Atenas del Ecuador”, “Ciudad Universitaria”, “Patrimonio Cultural de la Humanidad”  y otros, y Girón no escapa de esta situación. Lo afirmado es paradójico, pero es una realidad.
Esta fecha  23 de abril, como es la aspiración de la UNESCO, que sea el inicio o una revisión de actividades en función de crear el hábito de la lectura,  comenzando desde la familia, pasando por las entidades educativas, medios de comunicación y de manera especial un compromiso y un quehacer de los entes estatales. Tenemos un Ministerio de Educación y también un Ministerio de Cultura, que deben ser los líderes en retomar programas y actividades  en función de hacer que el Ecuador lea, no como algo pasajero sino como un hábito en beneficio personal y colectivo.
Un país que lee es educado y  apropiado de muchos conocimientos, que los hace a sus ciudadanos pensantes, reflexivos,  proactivos, libres y responsables  de sus deberes y derechos. País que no lee es potencial ignorante y excelente medio de cultivo de la prepotencia y el dominio que conlleva a la esclavitud.

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