Este 5 de junio celebramos el “Día Mundial de Medio Ambiente” fecha establecida por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en el año de 1977 con el objetivo de controlar la agresión indiscriminada contra el planeta y hacer conciencia en la población sobre la necesidad imperiosa de cuidarla conociendo que estamos ante una alerta roja de contaminación ambiental.
Recibimos más que suficiente información sobre la contaminación ambiental, sin embargo, poco o nada hacemos en favor de la tierra, no concebimos la idea de que somos parte del problema y que también podemos aportar a prevenir el daño medioambiental.
No necesitamos trasladarnos a otros espacios para empoderarnos de los daños que el ser humano causa al ambiente, pudiendo citar en nuestro entorno los siguientes: aprovechamiento indebido del agua potable cuando se lo utiliza para lavar vehículos, regar jardines y afines; contaminación del agua que va a la planta potabilizadora con excretas de animales e incluso con pesticidas e insecticidas; disimulada deforestación so pretexto de ganadería que también, en las formas que la manejamos, produce daños ambientales; generación exagerada de residuos, y lo grave y cotidiano la contaminación con plásticos y similares.
Preocupante para Girón y la zona austral es la amenaza de la explotación minera en fuentes hídricas, incluso irrespetando la decisión ciudadana de “no” a la minería, situación extraña cuando acabamos de pasar por una avalancha propagandística de candidatos que pregonaban la tan querida “Paccha Mama”, pero que, hoy se desentienden ante presiones internas y externas en favor de recursos para unos pocos en detrimento de la vida misma.
Este 5 de junio nos debe hacer reflexionar sobre la vida misma en el planeta y su peligro de extinción, a motivarnos a cuidar la naturaleza, y específicamente creemos que los gobiernos locales a través de ordenanzas y afines existentes o generadas deben velar por el medio ambiente, haciendo cumplir con los deberes de la ciudadanía hacia este que exige sus derechos.
