El pasado 22 de julio, el cadáver de una migrante ecuatoriana fue hallado en la frontera entre Estados Unidos y México. La persona fue identificada como Vanessa T., de 38 años, y hallada en una remota zona desértica conocida por sus extremas condiciones climáticas.
De acuerdo con el medio La Jornada de Baja California, Vanessa T. murió debido a las intensas temperaturas que caracterizan el área desértica. Su hija de 10 años, quien se encontraba junto a ella en el momento de su fallecimiento, fue rescatada y trasladada a un centro de procesamiento en El Centro, California.
El operativo de rescate se extendió por seis horas y contó con la colaboración de la Patrulla Fronteriza y la Agencia Estatal de Investigaciones del lado mexicano. Durante la operación, se descubrió que Vanessa T. había sido abandonada por un contrabandista de personas, quien la dejó al sur del muro fronterizo.
Un portavoz de la Patrulla Fronteriza subrayó la implacabilidad de los traficantes, que arriesgan las vidas de los migrantes para lucrar con el tráfico de personas y las actividades delictivas asociadas.
Actualmente, las autoridades están centradas en garantizar el bienestar de la menor, quien ahora enfrenta un futuro incierto tras la pérdida de su madre en circunstancias tan dramáticas. La situación de Vanessa T. y su hija evidencia la urgente necesidad de respuestas más humanas y eficientes para proteger a los migrantes en la frontera.
Fuente: Vistazo
