En efecto, “una persona es inocente mientras no se le demuestra lo contrario”, aserto, que debemos aplicar al Alcalde de Girón y otros funcionarios del Municipio de este cantón, procesados por su presunta participación en el delito de tráfico de influencias.

Presunto dolo que aparece en una información que preocupa a la ciudadanía, y de manera especial suma a la percepción casi que generalizada que la corrupción campea en todos los espacios cuanto más en las instituciones públicas.

La justicia aplicando el derecho a la defensa concede a los investigados una medida cautelar para que proceden con las debidas justificaciones y específicamente a aclarar por qué se canceló un valor de 8.900 dólares “en cuatro procesos de contratación, invitando al mismo proveedor, hasta llegar a adjudicación y cancelación de los bienes recibidos y repartidos con anterioridad a la contratación” (El Mercurio-14-08-2021).

Esta presunta acción dolosa creemos que, por dignidad propia de los involucrados, pero, sobre manera por respeto a la ciudadanía se debe aclarar y ante la justicia demostrar que no hubo acto corrupto alguno.

Es la hora de ser coherentes: de lo que se predica con lo que se hace, caso contrario, los mandantes están en el derecho que juzgar a sus autoridades.

 

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