Escenas de angustia e incertidumbre predominan entre las familias de las personas privadas de la libertad de Turi, en Cuenca, en donde el domingo 3 de abril del 2022 una nueva masacre dejó la muerte de al menos 20 reos.

La angustia crece entre los familiares por el tiempo que toma levantar e identificar los cadáveres. La secretaria de Derechos Humanos, Bernarda Ordóñez, informó que la noche del domingo se entregó el primer listado de los presos fallecidos.

Las autoridades anunciaron que este lunes iniciarán las autopsias en los cuerpos que fueron recuperados.

Los familiares llegaron a Turi desde la madrugada en busca de información. Algunos pudieron acercarse a las instalaciones de la cárcel, pero horas después, cuando se bloquearon los accesos, solo podían mirar lo que ocurría desde las montañas cercanas.

A la espera de información oficial sobre el número de fallecidos y sus identidades, las personas pedían que evacúen a los internos y controlen a los presos de máxima seguridad. Gritaban que querían asesinarlos.

Los familiares mostraban carteles blancos y algunos mensajes para advertir que sus vidas corren riesgo, dado que un grupo de presos habrían roto paredes para llegar hasta donde están ellos.

Luego de las 16:30, los policías y militares que llegaron a controlar la situación en la cárcel lograron ingresar y empezaron a evacuar a las personas que se encontraban en los pabellones donde se registraron los hechos violentos, pero también a los que permanecían en los pabellones no conflictivos.

El acceso a la cárcel de Turi fue bloqueado por seguridad. Xavier Caivinagua/El Mercurio

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