Estando el país en un “Estado de Emergencia” con la declaratoria de guerra interna, es comprensible y justificable que toda la población trate de colaborar con el Gobierno Nacional, precautelando la vida, seguridades propias y de todos los que nos rodean. En este contexto, y, ya habiendo pasado algunos días de esta emergencia y cuando aparentemente estamos en una tensa calma, debemos aceptar que no podemos aseverar que todo ha terminado, antes, por el contrario, creemos que es el inicio de una guerra que se prolongará por algún tiempo; ejemplos de los citado están naciones como México y Colombia que desde hace muchos años tratan de vencer al narcotráfico y delincuencia sin que logren conseguirlo. Estamos ante enemigos poderosos y casi que no se dejan ver, lo que hace más difícil la tarea de enfrenarlos.
En este escenario, no podemos vivir enclaustrados y con miedo, antes, por el contrario, necesitamos volver a trabajar, a producir, a vivir en sociedad, en este sentido, es menester que el gobierno local retome las fiestas del carnaval, a sabiendas que es parte del patrimonio cultural de Girón, festividades que serán un mensaje de tranquilidad y de regocijo de los habitantes propios y extraños, y sobremanera que será la oportunidad para reactivar la economía local muy venida a menos.
Los seres humanos necesitamos satisfacer las necesidades de supervivencia como alimentación, dormir, pero también aquellas más superiores como son socialización y diversión, por ello que es casi que imperativo la intervención del gobierno local en el liderazgo de la fiesta de carnaval, que bien se lo merece Girón en medio de una tensión emocional derivada de la emergencia nacional.
No se trata de dar circo al pueblo, sino dar paso al cumplimiento de sus derechos.
