Con su desaparición, Girón pierde a un hijo que tuvo entre sus importancias la bella querencia a su tierra y a sus realizaciones. Julio tenía claro que su familia, sus hijos, su esposa, sus amigos y su terruño eran el motor de su existencia.
Nada más grato que cumplir un deber entonces, Julio los cumplió todos con verdadera entrega, afecto y sentimiento. De inteligencia sujeta sólo a los límites de su propia formación. De pulcritud acrisolada y siempre en la orilla del esfuerzo y la bondad.
Cultivó las letras y ejerció la cátedra.- Por sus afanes de superación y buscando en todo momento ser mejor, se aquerenció en Cuenca, ciudad a cuyo servicio puso también sus mejores capacidades.-
No es preciso decir tantas cosas buenas que sobre Julio son evidentes mas es, aunque doloroso, necesario reconocer en él al ciudadano ejemplar, al gironense que con su definitiva ausencia priva a su tierra de un franco referente por el que los hijos de Girón lamentamos profundamente.
En el fondo de sus fibras, tuvo Julio la permanente necesidad de buscar a su Julito -tempranamente perdido- en horrendo e inaceptable siniestro que dejó eterno vacío en sus padres y en su familia. Hoy, en ese encuentro que propicia la muerte, estrecharás a tu hijo en la imponderabilidad del infinito.
Adiós amigo Julio, siempre estarás en nuestra memoria, en nuestras conversaciones, en nuestros afectos.
Los editores de la Revista GIRON 360° y GIRON TV, rinden tributo de sentido pesar a su distinguida esposa doña Ligia Díaz Pinos, a sus hijas Paola y Anita y a sus tiernos nietos.
Seguramente, la fuerza de los artículos firmados por Julio, causará mucha falta y extrañeza en el contexto de la Revista y en el devenir de nuestra tierra.
