El ajetreo era intenso. La vivienda de César Murillo, en la comunidad de Santa Teresita, se convirtió en una especie de mercadillo el lunes pasado 19 de octubre de 2015. Sus vecinos y familiares le regalaron leche y saquillos llenos de cuyes, gallinas, fideo, papas, legumbres, arroz…

Eran los regalos para Murillo, quien es Fiesta Alcalde o prioste de la segunda de las seis semanas de celebración en honor al Señor de Girón. De acuerdo con la tradición, esta imagen bendice las tierras para que durante las sequías prolongadas existan buenas cosechas, por eso también le conocen como Señor de las Aguas.

Además, le atribuyen la protección a los emigrantes, cuidado de los enfermos… En las seis semanas que dura la fiesta, el sonido de los juegos pirotécnicos y la música de las bandas de pueblo son constantes.

Los apoteósicos festejos se realizan en la casa del Fiesta Alcalde y de los encierros derecho e izquierdo, que son los priostes secundarios. Durante esta semana, los festejos que incluyen comida abundante, danzas folclóricas, escaramuzas, bandas de pueblo, eucaristías, procesiones… se efectúan en las casas de Manuel Quezada y Carlos Yunga, en las comunidades de Zhatashi y Pambadel.

Detrás de cada prioste hay un conjunto de personajes como las platilleras, altareros, guías, saumeriantes, inciencieras, bodeguero, asistente de cocina… Cada uno cumple tareas específicas durante los siete días.

El resto se suma con los alimentos, como ofrendas al Señor de las Aguas y el prioste prepara la comida para todos los asistentes. Esa colecta se realiza los lunes y la celebración se inicia dos días después cuando se recibe una urna con la imagen religiosa.

El lunes pasado, César Murillo recibió más de 5 000 litros de leche de familiares, amigos y fieles de Girón y de los vecinos cantones de Cuenca y San Fernando, hacia donde se extendió la devoción por esta imagen religiosa, que reposa en la iglesia principal del cantón azuayo de Girón.

También le donaron cinco vacas, 500 cuyes, 300 gallinas… Parecía una feria de rebajas pues se anunciaba por altos parlantes los nombres de los donantes y agradecían la participación. Las vecinas María Aguilar, Rosa Paccha, Yolanda Pérez y Ximena Cajamarca entregaron 200 litros de leche, colas, arrobas de fideo y galletas.

En agradecimiento, Hilda Alvarado, madre de Murillo, les ofrecía una copa de licor y les comprometía a que regresen para la celebración. Elsa Quezada, de la parroquia cuencana de Tarqui, llegó con yuca y cuyes. En un cuarto grande se improvisó la bodega donde se guardó los regalos.

Por los alrededores de la vivienda hubo fogones con inmensas pailas donde las campesinas, luciendo sus polleras, preparaban el dulce de leche, los cuyes, el caldo de res, papas… Durante una semana de festejos se consumen más de 15 reses, 5 000 cuyes y 3 000 gallinas, dijo Murillo.

Una parte se dona, pero la mayoría de los gastos lo asumen los priostes. Murillo contó que con más de un año de antelación solicitó a la iglesia el priostazgo por las bendiciones recibidas. “Esta imagen es milagrosa y mientras mejor es la fiesta, el Señor de las Aguas es más milagroso”.

Eso también lo saben José Lalvay y María Villa, quienes asumieron el priostazgo de la primera semana de la celebración a través de su hijo Edwin Lalvay, de 16 años. Los padres, quienes viven en Estados Unidos, pidieron ser los Fiestas Alcaldes para agradecer al Señor de Girón por protegerlos durante la travesía como migrantes.

Fuente: El Comercio

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