Con algunas interrogantes, cada semana, conocemos de la evolución de la COVID 19 en Girón, con datos que generan más interrogantes y dudas que certezas, pero, que al fin se pudo tratar en una reunión convocada por la mesa de salud del COE cantonal de Girón.  A casi un año de la crisis sanitaria fuimos invitados algunos actores que directa o indirectamente estamos involucrados en el tema de la pandemia en lo local.

Se llegó a la certeza que, la fuente oficial para dar a conocer la información del número de casos de la pandemia solo reportaba de lo público, no constando todos los casos de lo privado y más, aceptándose que existe un sub registro que para la mayoría de la población casi que no es ninguna novedad.

Este sub registro tiene algunos causales, entre ellos:

Ciudadanos que concurren directamente a laboratorios particulares locales y de la provincia para examen de detección del COVID 19, otros que son atendidos por profesionales en consulta privada no siendo reportados estos casos por no consentimiento del paciente. Enfermos que acuden a atenderse fuera de la ciudad y cuyos diagnósticos quedan vedados y lo que es grave el contagio a casi toda la familia que tampoco se reporta. Fallecidos que son sepultados sin conocerse los diagnósticos o que son incorrectos; y más.

Una realidad que no es exclusiva del cantón, se da en otros espacios, de la cual podemos colegir algunas conclusiones y recomendaciones, a saber:

  • La pandemia en Girón es preocupante, existen muchos casos no declarados peor contabilizados, lo que obliga a tomar precauciones más radicales especialmente por parte de la ciudadanía que desde hace un tiempo acá, viene relajándose en pensar que ya pasó lo más grave.
  • Es necesario encontrar nuevas estrategias para una adecuada y confiable cuantificación estadística de la COVID 19, caso contrario estamos auto engañándonos y generando una falsa mejoría del control de la pandemia.
  • Es aconsejable la apertura del COE cantonal a la aportación de otros actores que directa o indirectamente están involucrados en el tratamiento de la crisis sanitaria.
  • Es prudente dentro del marco del respeto, del derecho, de la deontología médica, de la ética, de la moral, el no difundir nombres de las víctimas de la enfermedad.
  • Y, por parte de la ciudadanía es aconsejable no estigmatizar, satanizar, o discriminar a las personas y/o familias que están siendo víctimas de la pandemia.

Lo descrito no es para alarmar a la ciudadanía, peor para despertar resentimientos, antes por el contrario, es un llamado a retomar el tratamiento adecuado de una pandemia que está sembrando miedo y muerte en todo el mundo.

¡Nunca es tarde para corregir!

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