La automedicación
A propósito de los problemas de medicamentos que se dan tanto en el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), como en el Ministerio de Salud Pública (MSP), sea por desviación o por carencia de algunos fármacos, creemos que es importante y necesario, abordar un tema que la mayoría de la población lo pasa desapercibido, nos referimos a la automedicación, entendiéndose como tal: al consumo de medicamentos, hierbas y remedios caseros por autodeterminación o por influencia, sin consultar a un médico. Lo mencionado es tan “popular” que casi todos alguna vez acudimos a esta práctica.
Problema más acentuado en países pobres y en vías de desarrollo, pudiendo identificar algunas causas que se dan sobre todo en nuestro medio, a saber: pobreza, dificultad para acceder a servicios de salud, elevado precio de fármacos, falta de información oportuna, falta de control en la venta de fármacos, ausencia de disposiciones o leyes que prohíban las venta libre, contrabando, facilidad de conseguir la medicación, propaganda inadecuada, influencias de experiencias ajenas e incluso de familiares.
La automedicación parece inocua (no hace daño), sin embargo podría causar una serie de problemas en el organismo como: enmascarar un enfermedad y por ende alterar el diagnóstico, atentar contra la salud por consumo de medicamentos falsificados, adulterados, vencidos o mal conservados, disminución de la efectividad al hacer resistencia, efectos negativos como reacciones alérgicas, gastritis, daños en hígado, riñones y corazón, etc., pudiendo crear dependencia y llevar a la muerte. Ante este problema, casi que no visibilizado, creemos oportuno llamar a la conciencia ciudadana de mal que nos creamos, y a las autoridades correspondientes, a la implementación de acciones definitivas e inmediatas para evitar un daño muchas veces irreversible del organismo humano, y que repercute en toda la sociedad.
Hugo Lucero Luzuriaga
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