El futuro tiene que ser mejor
Tenemos que cambiar, desde ahora mismo, los gironenses necesitamos cambiar. La Constitución y las leyes nos proveen herramientas para las nuevas generaciones en un ambiente tradicional pero progresista.
Atrás quedan cinco años de una administración municipal atípica, gris, y por momentos patética. Los gironenses, flemáticos como somos, aunque siempre soñadores, permitimos que por cinco años se nos venda humo por doquier, e impávidos observamos como, hasta el último suspiro administrativo, el saliente alcalde dejaba su impronta de desapego a la mesura y de apego al narcisismo.
Mas, es saludable y necesario recordar que todo lo que ocurrió en los últimos cinco años, y lo que ha ocurrido en la historia de Girón, ha tenido su génesis, en la gran mayoría de los casos, en la voluntad de la mayoría de gironenses; primero, porque la mayoría decidió en las urnas y, segundo, porque la mayoría de gironenese, si no todos, optamos, indolentemente, por no ser sujetos activos en el debate y en la toma de decisiones respecto a la construcción del bien común. Tácitamente, como un acto de fe, creemos que de la euforia del triunfo electoral pasaremos al advenimiento de las obras y del cumplimiento de promesas. En la praxis, ese abandono en las manos de Dios, nos ha marcado con desengaños. Tenemos que cambiar, desde ahora mismo, los gironenses necesitamos cambiar. La Constitución y las leyes nos proveen herramientas para ese cambio frente al poder local.
La misión de la administración municipal, desde mi personal punto de vista, debe ser la de garantizar a quienes allí hacemos nuestras vidas, un día, un año, o toda nuestra existencia, una calidad de vida superior, proveyéndonos de unos servicios municipales que resulten altamente efectivos en la relación costo-beneficio, al tiempo que se preserve nuestra cultura, nuestra historia, nuestras tradiciones, y se cuide el medio ambiente, manejando racionalmente los recursos naturales de nuestro Girón.
Entre todos hemos de dinamizar la vida del cantón, buscando el desarrollo sustentable, cuidando el patrimonio construido, pero sin dejar de acrecentar el acervo cultural del cantón; valorando la memoria colectiva y fortaleciendo la identidad gironense y el sentido de pertenencia.
Ahora, inaugurada la nueva administración municipal, es bueno tener esperanza. Es bueno tener esperanza, no solamente porque tenemos que dejar atrás las sombras del pasado, cercano y lejano, sino porque no podemos dejar de soñar en un Girón seguro, señorial, progresista y placentero. Es bueno que soñemos con un Girón que sea un hermoso lugar para vivir, para trabajar, y para ver crecer a las nuevas generaciones en un ambiente tradicional pero progresista.
La nueva administración municipal, a juzgar por sus primeros escarceos, trae la intención de estar cerca del pueblo y de administrar la cosa pública conforme a los principios de “honradez, responsabilidad y transparencia”, sin cerrarse al “círculo de la 35” y dispuestos a corregir errores a tiempo, porque si se corrigen a tiempo los errores, “el cantón es el ganador”.
Quiero creer en lo que hasta ahora he escuchado en las voces de alcalde y concejales. Sus palabras me hablan de un futuro mejor para Girón y para los gironenses. Y es que el futuro tiene que ser mejor. Los gironeneses, tanto los que moran en el seno de la patria chica, como los de la inmensa diáspora, habremos de despertar del letargo y sumarnos activamente al trabajo de alcalde y concejales, para proyectarnos hacia un futuro mejor.
Alcalde y concejales deberán recordar que son servidores públicos, no amos de Girón. Y nosotros, el pueblo, a través de la SILLA VACIA, de las veedurías ciudadanas y otros mecanismos democráticos de participación, debemos probar que somos los mandantes. Si Alcalde, concejales y pueblo nos manejamos con “honradez, responsabilidad y transparencia”, entonces, el futuro tiene que ser mejor.
Por: Wilson Hernández
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