La violencia de género es un problema mundial, siendo el femicidio la manifestación más extrema del abuso y la violencia de hombres hacia las mujeres, que termina con la pérdida de la vida. La violencia de género femenino se manifiesta como agresiones físicas, violación, maternidad forzada o la mutilación genital, además del maltrato psicológico, siendo el más frecuente.
Ante el preocupante aumento del femicidio en el Ecuador, el Presidente Moreno acertadamente propone el Proyecto de “Ley Orgánica Integral contra la Violencia de Género”, que tiene como objetivo fundamental erradicar la violencia y sobre todo frenar el femicidio, que se muestra como una ofensa a la dignidad humana. Sus causas son varias, siendo las más comunes: celos, decisión de la pareja de separarse al no ser aceptado por su agresor, rechazo o negación a una relación, y la adicción a drogas y el alcohol. Pero son causas directas y no necesariamente factores predisponentes o desencadenantes, que deberían ser atacados porque están generando la violencia que oculta una sociedad corrompida históricamente, sumado a situaciones agresivas contemporáneas de un mundo que ve en lo material y en el dinero, la solución y el Dios para todas la cosas. Sociedad que enaltece al machismo e incentiva la discriminación de género. Sociedad que ha perdido sus valores, predominando la prepotencia del más fuerte físicamente en desmedro de la razón, la paz y la solidaridad. Sociedad que estimula la competencia desleal en favor de intereses personales y de los que se creen dueños del poder, y sobre todo, sociedad enferma de un materialismo que desalojó buenos modales y mató los sentimientos del ser humano expresados en el amor al prójimo, que preconizan todas las religiones, pero que no comprende el ser humano.
Dios quiera que recordemos lo que predicó algún día un ser superior: ¡Amaos los unos a los otros! ……….
Dr. Hugo Lucero Luzuriaga
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