Ana Herrera, quien tiene una fábrica de calzado al borde de la quiebra tras haber sido una de las más prósperas en Gualaceo, pues fabricaba hasta 500 pares de zapatos diarios, lleva adelante un proceso judicial contra el ciudadano G. Coellar, por usura, ya que éste la demandó en principio, aduciendo que debía pagar una letra por la suma de 305.000 dólares, cantidad que asegura la afectada, jamá pidió.

El caso se ventiló primero en Gualaceo, luego pasó a la Corte Provincial del Azuay, donde la sala competente emitió sentencia condenatoria en contra del supuesto usurero, pero él recurrió a la casación y el 5 se este mes fue la audiencia en la Corte Nacional de Justicia, y ahora se espera el fallo.

Ella aseguró que pidió 10.000, 20.000 y hasta 40.000, pero pagaba la deuda y hacía otro préstamo, a cambio firmaba letras en blanco, así trabajó desde el 2007 hasta el 2014 y luego inició su calvario cuando el hombre la demandó.

Gustavo Quito, representante legal de Ana, dijo estar despechado y cansado de la justicia. Hay un caso de usura penado, “pero hay ciertas autoridades que se prestan para no dar trámite como manda la Constitución y la ley”.

En el juicio, en la primera etapa se ríen de todos, nunca se ordenan medidas cautelares urgentes, que debía hacerse. Luego se pasa a juicio, a responder por usura, pero llega a un tribunal y por poco ese tribunal manda a poner en un santuario a estos “usureros”; después que el tribunal declara la inocencia, llega por fin el caso a una sala y ésta les da la razón a los denunciantes, dice que si hay usura, pero se da la casación.

“Se demoró tanto aduciendo que hay mucho trabajo en Quito; lo que llama la atención es que cuando pasan la audiencia, tenían la posibilidad de emitir inmediatamente la sentencia, pero dicen que se suspende la misma para otra fecha porque van a analizar, entonces viene la duda. ¿Qué van a analizar, todo está dicho. Dios quiera que salga la sentencia en contra de este señor”, expresó.(AZD)-(I)

Fuente: El Mercurio

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