Los limpiadores de aros se suman a los limpiaparabrisas en las esquinas semaforizadas de Quito. Con una franela y una botella transparente que deja ver un líquido negro, los trabajadores informales esperan la llegada de los autos para ofrecer su servicio.

 Limpiar los aros de los vehículos es otra actividad que toma mayor fuerza entre ciudadanos nacionales y extranjeros. Las calles más concurridas como la Eloy Alfaro son las preferidas de estos trabajadores.

Sobre las avenidas Eloy Alfaro y República del Salvador, sentido sur- norte, se encontraron tres personas. Una mujer y dos hombres parados sobre las aceras a la espera del cambio del semáforo preparan sus instrumentos para acercarse a los vehículos. 

Los automotores que frenan el tránsito por el cambio de semáforo a rojo, hacen señales de negación con las manos para que estos trabajadores informales no se acerquen, pero aun así lo hacen. Los tres limpia aros recorren los carriles en esta zona buscando a quién ofrecer el servicio

Ante las negativas, ellos optan por acercarse a los autos y los conductores empiezan a subir los vidrios y esconden las pertenencias. En ocasiones, al no recibir la colaboración monetaria, los trabajadores agreden verbalmente a los usuarios de los vehículos y golpean el auto con las franelas.

Sobre la Francisco de Orellana y Río Amazonas, la situación es similar. 


En esta zona hay limpiaparabrisas, limpiadores de aros y vendedores ambulantes que aparecen de forma simultánea para abordar a los conductores

Aquí se encuentran cuatro personas. Ellos limpian sus franelas y se turnan para ir a los autos que están parados. 
Algunos piden permiso y se apresuran a limpiar las llantas delanteras y traseras para recibir una moneda y lo agradecen. 


Otros realizan su servicio de manera arbitraria y golpean los vidrios de los conductores para que les den dinero. 
En la siguiente esquina de la av. Río Amazonas, sentido norte-sur, están tres personas acompañadas de niños que también ejercen esta actividad. 


Los autos que transitan por la zona y casi al llegar al punto, donde están los trabajadores informales, cierran las ventanas y hacen señales con sus manos para negar el servicio.  

Malestar en los ciudadanos


Marta Luis, conductora, cuenta que con frecuencia transita por la av. Eloy Alfaro para dirigirse a su hogar y recuerda que en dos ocasiones uno de los trabajadores no regularizados se lanzó a su auto cuando el semáforo cambió a verde. 

“Yo pité para que la persona se mueva a la vereda, el hombre se movió y me golpeó la ventana y el retrovisor para que le de dinero”, recuerda. 


Y la segunda ocasión, en cambio, lanzaron sobre el parabrisas delantero del auto el líquido negro de las botellas, que llevan para limpiar los aros, tras negarse al servicio. 


Una vendedora de un puesto de dulces de la zona, que prefiere el anonimato, comenta que los choferes aceleran cuando ven que un trabajador se acerca y que suben a la rapidez los vidrios para que no roben. 


Añade, que en algunas ocasiones las personas ya han sido víctimas de robo de celulares y otras pertenencias por estos trabajadores. “Los limpia aros se rotan, no siempre están por aquí”, dice. 


Para el conductor César F. transitar en el auto por vías concurridas y que llegue un semáforo se ha convertido en un juego de escape para evitar robos. 


“Los delincuentes se disfrazan de trabajadores y se acercan a los carros a ver qué pueden sustraer”, dice y pide que las autoridades tengan un mayor control en las vías. 

Manejo de trabajadores no regularizados nacionales y extranjeros 


Desde la Agencia Metropolitana de Control (AMC) informan que tanto para los limpiaparabrisas como para los limpia aros se opera y se realizan controles de la misma forma. 


La AMC realiza patrullajes y controles en las diferentes zonas de la ciudad todos los días para retirar a estos trabajadores no regularizados. 


Al día salen tres equipos de la entidad que cubren las zonas norte, sur y centro para cumplir con la ordenanza Municipal 201 que prohíbe realizar actividades económicas en espacio público como los limpia aros o  limpiaparabrisas. 


Las multas de USD 100 son dadas a ciudadanos nacionales, mientras que a extranjeros no se les multa por falta de políticas migratorias respecto al estatus y permanencia de los migrantes. 

Fuente: El Comercio

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