¡S.O.S. plaga de camaleones!
Muy poco duró la relativa tranquilidad de los ecuatorianos por la terminación de la COVID 19, debido a que, nuevamente se encuentra alarmada por la presencia de una “plaga” que no contradice la “Profecía de Santa Marianita de Jesús”, antes por el contrario, suma a su anticipo, se trata de una arremetida de candidatos de todos los colores, cual “plaga de camaleones” que atormentan a los ciudadanos, a propósito, estos reptiles cambian rápidamente de color de acuerdo a la ocasión, de lengua larga y pegajosa, de diferentes formas y tamaños, y con gran facilidad para atrapar a sus presas.
La “plaga” se genera por la serie de acontecimientos políticos suscitados luego de la muerte cruzada, que degeneró en otros sucesos todavía de imprevisibles consecuencias para el “verdadero pueblo”, aquel que padece de desempleo, falta de educación, pobreza, hambre e inseguridad. Conglomerado que es “presa” muy disputada de los que cambian de formas y colores, de aquellos personajes que se “desalman” por el mismísimo poder personal, que por el poder para servir a aquellos que sin conocerlos les favorecieron con el voto.
La “plaga” se prepara para las nuevas elecciones, para ello, deberían estar ya rasurándoseme o haciendo crecer la barba (si es que lo tienen), des- tinturándose el cabello y vistiéndose con la ropita del diario para inscribirse como “humildes” y “nuevos” salvadores de la patria. ¡Tengamos mucho cuidado de estos camaleones!, y más todavía de aquellos incendiarios que destruyen bienes, irrespetando a ciudades y pueblos, conociendo que el pago de sus fechorías saldría de los bolsillos de los más pobres ecuatorianos.
Hay desinterés del “pueblo verdadero”, una apatía por la politiquería, empero, tenemos necesariamente que salir de este desdén, porque “detrás de la oreja” están las nuevas elecciones. Por lo menos ahora no demos gusto a los peleones y mal agradecidos, demos paso a nueva gente que no conoce todavía de la embustería, cleptomanía y mitomanía. ¡HAY TIEMPO! (O)
Por: Hugo Lucero Luzuriaga