Necesidad de diálogo
El diálogo entendido como: “la conversación y hasta discusión sobre un asunto o problema con la intención de llegar a acuerdos y soluciones”, es la acción que necesita en forma urgente la humanidad y específicamente sus líderes en función de resultados positivos para los demás. Este diálogo está distorsionado y peor, ausente en nuestro medio, en un pueblo que necesita de sumar voluntades para sacar adelante al colectivo.
La muestra, son las preocupantes noticias que se han difundido a nivel nacional e internacional, cuyos contenidos muestran una confrontación de procederes de autoridades de un pueblo que desdicen de los objetivos de personas llamadas a velar por el adelanto del cantón Girón. Vergonzosas son las imágenes que muestran a autoridades de gobierno y policía frenteando a un líder religioso en medio de la consternación de fieles y comentarios nada plausibles sobre el triste espectáculo digno solo de un pueblo carente de liderazgos y de educación.
No se trata de criticar a los personajes, que son pasajeros, sino a las acciones que se registran en una sociedad en donde parece que está imperando lo punitivo, coercitivo, represivo, dejando de lado el diálogo que debe primar entre seres humanos y aún más entre autoridades que deben trabajar más en consensos que en disensos.
Estas imágenes dejan un mal precedente para Girón. Debe primar el diálogo, dejando de lado intereses personalistas, políticos, religiosos y futuristas ante las próximas elecciones. No podemos seguir soportando actitudes violentas, desafiantes y prepotentes, que se contraponen a la inteligencia, antes, por el contrario, requerimos de acciones promocionales y preventivas en un marco de respeto y de ser posible de consensos.
Insistimos, es la hora del diálogo entre las primeras autoridades del gobierno local, nacional, y otros sectores llámense religiosos, sanitarios, gremiales como choferes y más, para llegar a las posibles soluciones de innumerables problemas que adolece nuestra sociedad, aun más cuando estamos perturbados por una crisis sanitaria, social y económica mundial.
Hugo Lucero Luzuriaga
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