Seguimos sacudidos e incrédulos con lo que ha pasado estos días, cuando pensamos que no podríamos seguir en caída libre, como un cáncer terminal, de esos que dan unos cuantos meses de vida, aparece para nuestro tormento Metástasis, un caso que me lacera personalmente, porque esto de pararse todos los días ante la “justicia ciega” no es fácil como se lo ve en las películas, no son los megainterrogatorios en un tribunal perfectamente ordenado, donde los testigos se desmoronan solo por la presencia del abogado de terno fino, no, eso solo pasa en las series, la verdad es cruel, los abogados cargamos con culpas ajenas y compartimos dolores de los que necesitan de nuestra ayuda, claro está, los que litigamos con el convencimiento de que a la justicia no se la prostituye.

‘Que se maten’

Duele ver cómo la decencia y la honestidad empiezan a ser un triste idealismo, duele pensar cómo el digno trabajo de ser abogado se volvió una masa apestosa donde gana no el conocimiento ni el talento ni la ley, sino la viveza, la corrupción y la estrafalaria vida de abogado de cadena de oro, gritos y carros con vidrios polarizados.

Duele ver cómo la justicia es todo menos justa, cómo se puso al servicio del crimen, duele ver que las armas que deben cuidarnos están al servicio de los que nos disparan, duele ver también cómo nuestro país se nos escabulle entre los dedos como el agua, cómo poco a poco la viveza criolla se apodera de nuestra vida y el fantoche vendedor de humo apuesta por las elecciones que vendrán.

Pero lo que más duele es que sea nuestra culpa, sí, querido lector, su culpa, la culpa del vecino, mi culpa, la culpa de todos a los que hoy se nos abren los ojos como platos viendo que están presos autoridades, policías, jueces, fiscales y abogados.

‘Jueces suicidas’

Cada vez que usted, bien escondidito detrás de la licencia, le entrega a un vigilante un justificativo para que no lo lleven preso por manejar ebrio, usted está haciendo metástasis.

Cada vez que le pide a su abogado que solucione a cualquier costo (monetario) su caso, usted y su abogado están haciendo metástasis.

Cada vez que le felicita a hijo porque se guardó en el bolsillo el vuelto que le dieron mal en la tienda, porque pendejo el tendero y no lo hace regresar a que devuelva, usted y su pequeño cáncer social están haciendo metástasis, porque no solo usted contamina, sino que crea un contaminador, si usted es de los que cuando se encuentra un celular perdido lo apaga para cambiarlo de chip, usted es la metástasis que tiene moribundo a este país.

Si usted no se indigna con la iniquidad, la corrupción, la mentira, la politiquería de barrio, con los payasos que creen que ser funcionario público es para servirse del pueblo, usted también es una célula de cáncer, si postea en su muro o en su cuenta de “X” la indignación que siente, pero sigue siendo el mismo conformista de siempre y guarda silencio porque al final sabe que a menor o igual escala, también lo señalarían de ser una célula maligna de esta sociedad, usted es parte de esta “colpa nostra”. (O)

El Universo

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