Antonio Ricaurte, exalcalde de Quito y exconcejal del Distrito, revela a Vistazo su rol en las negociaciones que culminaron en la firma de un acta entre los líderes del movimiento indígena y el Gobierno, para terminar así con 18 días de paralización nacional.

¿Cuál fue su rol en el proceso y cómo llegó a él?

Primero, la gran preocupación de que conflictos como el que vivimos estos 18 días pongan en vilo a un país, tomando en cuenta de que salimos de una pandemia, tras la cual la gente quedó golpeada, sin empleo, o a punto de perderlo, era muy grave. Por mi relación con Pachakutik, conozco a dirigentes indígenas. A Leonidas (Iza) lo conozco y tenemos una amistad. Del otro lado, conozco a Juan Carlos Holguín y a Francisco Jiménez. Nos pareció adecuado tener una relación cercana y rápida, para saber los puntos de vista de los espacios en conflicto. Hablemos de un canal espontáneo, yo escribo análisis de coyuntura, tengo relación cercana con Juan Carlos, empezamos a tratar de resolverlo con esta relación fluida que era necesaria en ese momento.

Este canal fue posterior a la detención de Leonidas Iza, usted criticó ese hecho. ¿Fue así?

Yo señalaba que esta nueva paralización al parecer era una más de tantas que se habían anunciado, la gente no le paraba mucha bola, un tema repetitivo de un sector político tradicional. Creo yo se comete el error de apresarle a Leonidas Iza, eso lo convierte en un opositor, actor potente, eso además hace que se aglutinen fuerzas que antes discrepaban, esta adhesión hizo potente a una movilización que no tenía esa fuerza, Lourdes Tibán, el propio bloque de Pachakutik que discrepaba con la Conaie. Varios actores, pero además hubo errores como el decreto de excepción que limitó la libertad de expresión. Otro error que anoto. El que está en las calles espera reacción de la policía, que le boten bombas lacrimógenas, que te den bala para victimizarte. Uno de los errores fue tratar de repeler a la movilización y generar más victimización, más argumentos, más motivos de explosión social que iban sumando actores, no todos con buenas intenciones. Algunos con buenas intenciones, otros no. Entre ellos, infiltrados, gente que quería el caos, no querían los 10 puntos de la Conaie sino sacar al Presidente de la República.

¿Pudo hablar con Leonidas Iza para separar la paja del trigo, protestantes legítimos y no?

Leonidas llamó varias veces contra la violencia, señaló que quienes generaron el caos no son parte del movimiento indígena, siempre trató de marcar la distancia. Que entren a la Casa de la Cultura en forma pacífica era importante, los vandálicos querían tomarla por la fuerza, que les lancen bombas lacrimógenas (ojalá un muerto, un herido por ahí) para victimizarse y provocar. En ese momento el Gobierno da una muestra maravillosa de que están listos para dialogar. A los radicales no les gustó eso y fueron al Palacio Legislativo y ahí encontraron lo que querían, bombas y victimización. Pero las cosas debían ir avanzando, la negociación tenía 10 puntos. En el camino pasa algo que complica todo, el muerto de Shushufindi, eso cambia en mucho las cosas. Pero reconozcamos que pese a todo lo que se diga la voluntad de Leonidas Iza y del Gobierno para buscar la paz.

La víspera del acuerdo se mencionaba que con 15 centavos de rebaja en el precio del galón de diesel y la gasolina extra era suficiente.

El 15/15 fue fundamental para llegar al acuerdo que costó muchísimo. Repito, alrededor del movimiento indígena hubo sectores radicales que no querían lo que vino a decir la Conaie, no quería irse con los 10 puntos planteados, venían a generar violencia y terror y conseguir cosas reñidas con la democracia y con la paz de Quito y el país.

¿Estos radicales son indígenas, campesinos?

Sí, indígenas, campesinos, sectores urbanos, ideológicos, que iban por otras cosas que no eran los 10 puntos. Comienzan a haber otros intereses, Leonidas sufre una presión muy grande frente a ellos, que no querían los 10 puntos sino más allá, querían violencia.

¿Querían la caída del gobierno de Lasso?

Era evidente.

¿Querían el regreso de Correa?

Eso es hilar muy fino, pero por lo menos buscaban caos institucional.

Sin generalizar, ¿se infiltró el narcotráfico?

Eso debe la justicia con independencia investigar.

Quedaron dos temas pendientes de discutir en el acuerdo, criminalización y reparación integral a la víctima. ¿Eso demoró la firma?

Esos temas no se pueden poner en el papel, la justicia rebasa cualquier acuerdo, la justicia debe actuar en forma independiente. Entiendo que hubo un pedido de indígenas orientales en ese sentido.

¿Cuando el presidente Lasso desconoció a Iza se equivocó?

Iza es presidente de una organización fuerte que es la Conaie, no se puede desconocer ese liderazgo, por eso él estuvo en la mesa buscando la solución.

¿La Iglesia debió actuar desde un inicio?

Pasó demasiada agua bajo el puente, las cosas podían desbordarse a un escenario de pronóstico reservado, seguían sumándose sectores más radicales, como se vio en San Antonio de Pichincha, en Carapungo, con mucha más violencia y eso podía escalar. Querían pescar a río revuelto. El arzobispo de Quito juega un papel muy importante, se retoma lo que ya se había avanzado.

¿En La Basílica sí se logró un avance?

Sí, pero la muerte en Shushufindi fue un hecho traumatizante.

¿Qué viene ahora?

Vigilar el cumplimiento de lo acordado. Habrá que enfrentar otras vicisitudes, falta sintonizar con la demanda de la gente.

¿Iza entendió que fue usada la demanda por el sector político para propiciar desde el Legislativo la muerte cruzada?

No conversamos de eso pero mi reflexión es ésta, mi reflexión personal es que fue un mal momento para que se planteara un tema de ese índole, cuando el país vivía esa tensión. Claramente sabían que no iban a contar con los votos, fue una gran equivocación que pudo haber entorpecido los intereses de la organización indígena con otros intereses.

¿Qué errores debe aprender el Gobierno?

Debe tener estrategia, que parte de información, ésta parte de permanentes encuestas cualitativas y cuantitativas, que se convierten en comunicación, esto es un todo para entender y comunicar. Se necesita un frente político potente para poderse relacionar con un Legislativo, partiendo de que va a ser muy complicada.

¿Qué primó en la negociación?

El deseo de paz.

¿Es hora de salir de la burbuja de Samborondón? ¿Ya es hora de cambiar los zapatos rojos por unas botas para conocer el campo?

Es hora de tener estrategia, con estrategia puedes salir de cualquier burbuja y de cualquier micromundo. La política está llena de los micromundos algorítimos de las redes sociales, pensamos que esa realidad es la realidad del mundo y no es así. Es hora de la conciliación nacional, es hora de buscar la paz.

Fuente: Vistazo


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