Una familia migrante sueña con un equipo en la Serie B
Con dinero de la familia Gómez Chimbo, que emigró hace 30 años a Estados Unidos, se armó el plantel del Deportivo San Pedro del Pongo. Este representativo del cantón Girón, en Azuay, se estrenará esta temporada en el Provincial de Fútbol de Segunda Categoría que arrancará el 5 de mayo.
Su presidenta, Rosa Chimbo, acude diariamente a los sitios de entrenamientos para apoyar a los 24 futbolistas que llegaron de Loja, Portoviejo, Machala, Guayaquil, Santa Rosa, Balao y Cuenca. Son jugadores de edades comprendidas entre los 17 y 28 años, quienes están ilusionados con el proyecto.
Con Chimbo asiste su hijo Danny Gómez, de 23 años, quien nació en Connecticut, EE.UU. Él es el gerente deportivo del club y se encarga de todos los trámites. Antes de los ensayos conversan con el entrenador César Bermeo, quien les hace conocer sobre las necesidades del plantel.
Un grupo de 17 jugadores vive en el complejo Rosa de Gómez, que es el nombre de la presidenta con el apellido de su esposo, Marco Gómez. Desde ese lugar se trasladan en una buseta hasta la cancha de la Liga Deportiva Cantonal de Girón, donde se entrenaron el jueves 25 de abril. Por las lluvias, se evita practicar en la cancha del complejo para no afectar al gramado.
Chimbo, quien es ciudadana americana como toda su familia, se siente orgullosa de contar con un equipo de fútbol que tratará de hacer historia en Azuay con una clasificación a la Serie B. “No entiendo mucho de fútbol, pero estoy motivada con cumplir con el sueño de muchos jóvenes. Danny vino de Estados Unidos para manejar este proyecto”.
Según Danny Gómez, se requirieron USD 10 000 para el ingreso del club a la Asociación de Fútbol del Azuay, y de esa manera ser parte del torneo de Segunda Categoría. Otros USD 10 000 se tienen presupuestados para cubrir gastos de participación del equipo en el campeonato provincial.
El joven dirigente cuenta que los ajetreos se iniciaron en diciembre pasado, con las primeras convocatorias para probar jugadores. Acudieron cerca de 60 futbolistas y de allí se fue seleccionando hasta llegar a 24 integrantes. La idea es dar cabida a oriundos del cantón.
Los dos principales auspiciantes son empresas familiares: Shurshot Gunite Polls Internacional (que construye piscinas en EE.UU.) y Koko Cargo Express (que envía paquetes a EE.UU.). Son las firmas que aparecen en las camisetas de entrenamientos y de competencia. También tienen una hostería. Hay otros patrocinadores del cantón.
Por ahora, los jugadores no reciben ninguna remuneración. Tienen alimentación (desayuno, almuerzo y merienda), vivienda e Internet, de lunes a sábado. Ellos piden a sus padres para viajar a sus ciudades de origen, especialmente el domingo que es el día libre, por ahora. Si se suman otros auspiciantes se entregarán incentivos económicos.
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Para Bermeo será su tercera participación como técnico de Segunda Categoría. Antes lo hizo por dos ocasiones con Estrella Roja. Él trabajó por más de dos décadas como estratega de las divisiones formativas de Deportivo Cuenca. Ahora, con Deportivo San Pedro del Pongo su meta es ser protagonista y en unos dos o tres años ascender a la Serie B.
Su equipo es uno de los tres debutantes en la Segunda Categoría del fútbol azuayo. Los otros dos son Cuenca FC y Paute FC. Están en el grupo B y se completa con Atenas FC, Tecni Club y Estudiantes. El grupo A lo conforman Deportivo Gloria, Baldor Bermeo, Estrella Roja, Cruz del Vado, Santa Isabel y Sociedad Deportiva El Cuartel.
Sobre los rivales, Bermeo destaca que Atenas es el vicecampeón del 2018 y con jugadores experimentados. Estudiantes tiene un plantel con futbolistas que se conocen desde hace tres años; mientras los otros equipos buscan dar oportunidades a gente joven.
Hernán Calderón y Juan Armijos, de 28 y 20 años, son los jugadores más experimentados del plantel gironense. Los exjugadores de Liga de Loja y Gualaceo SC, en ese orden, con recorrido en la Serie B, consideran que es un gran desafío jugar en un equipo debutante.
Andrés Moreira y Carlos Parra llegaron de Santa Rosa y Portoviejo. Se sienten felices de mostrarse en el balompié azuayo. Se han acoplado al frío y confían en cumplir una buena campaña. Ellos coincidieron en que la meta es convertirse en profesionales.
Fuente: El Comercio