Wenceslao Pareja y Pareja
Nació en Guayaquil el l de septiembre de 1.880. Hijo legítimo del Coronel Enrique Pareja Garretoni natural de Lima, quien arribó a Guayaquil en enero de 1.867 presidiendo la comisión de técnicos militares que envió el gobierno del Perú con el fin de estudiar las defensa de Guayaquil de un posible ataque de la Armada española del Almirante Casto Méndez Núñez que asolaba el Pacífico con fines de guerra; aquí se radicó, fue agricultor y se casó con su prima hermana Susana Pareja y Pareja, rica propietaria de haciendas en el Guayas; naturales de Lima y Guayaquil respectivamente.
Estudió las primeras letras con los preceptores Montes y Santur y la secundaria en el San Vicente del Guayas. En 1.895 viajó a Lima a completar sus estudios en el Colegio Whilar y en el de Nuestra Señora de Guadalupe. En 1.900 se graduó de bachiller e ingresó a la Universidad de San Marcos cursando dos años de Ciencias Naturales y siete de Medicina y Cirugía.
En 1.907 obtuvo el título de Licenciado y se alistó voluntariamente en la campaña sanitaria organizada en el Perú para combatir la peste negra o bubónica que causaba estragos en Lima y El Callao.
En 1.908 alcanzó el doctorado en Medicina y Cirugía y ganó el Premio “Contenta” que consistía en un año de estudios en París y lo perdió porque no quiso hacerse peruano. Mientras tanto había trabado amistad con los poetas José Santos Chocano y José Galvez.
A su regreso encontró a Guayaquil presa del pánico por la aparición de la misma epidemia. En Julio de 1.908 dictó una Conferencia en la Sociedad Médico- Quirúrgica del Guayas dando a conocer las medidas de profilaxis practicadas en el Perú.
En 1.909 viajó a París enviado por su padre y tomó cursos libres con los profesores Laverán, Mesnil, Nicoye, Roux, Clamet, Chamberland y otros higienistas y conoció la bohemia de los poetas del “Quartier Latín”. “Desde entonces su obra respiró el ambiente principesco y refinado del Palacio de María Antonieta y el deslumbramiento rococó de formas espléndidas, de jardines encantados y de lagos dormidos. Es el parisismo que responde al sentimiento aristocrático de nuestros poetas, contraído con el espectáculo de los nuevos elementos dominantes”.
Regresó en 1.910 y fue designado Director del Lazareto, presentó al I Congreso Médico Ecuatoriano sus trabajos sobre la “Peste Bubónica en Guayaquil” y fue designado secretario de la sección de Salubridad e Higiene.
Igualmente en 1.911 colaboró bajo el seudónimo de “Demetrios” con varios de sus poemas en las revistas “Brochazos” y “Caricaturas” de Guayaquil y Quito. En 1.912 marchó a Huigra y combatió en las tropas de Plaza y Andrade en Yaguachi, derrotando a las de Montero y Flavio Alfaro. Ese mismo año y bajo el seudónimo de “Carabin” publicó en los lunes literarios de “El Guante” su poema “Éxodo” en versos alejandrinos aconsonantados entre si, a la manera de los poetas franceses de fines de siglo, que conmocionó a los círculos literarios y sirvió para imponer al modernismo en el país. Formaba grupo con los poetas Adolfo Hidalgo Nevárez y César Borja Cordero y su voz estaba definida pues tenia “una vigorosa personalidad poética, un raro don imaginativo, una técnica casi acabada y una evidente hondura de pensamiento”. Ese mismo año envió poemas a la revista modernista quiteña “Letras” dirigida por “Isaac Barrera”.
En 1.913 colaboró en las revistas “Renacimiento” y “Siluetas” y el 13 de Diciembre contrajo matrimonio en Guayaquil con María Guerrero Martínez, de quien se enamoró porque tocaba muy bonito al piano. Ella, en cambio, lo admiraba por sus versos. Tuvieron tres hijas, todas muy bellas. En 1.914 escribió para “El Telégrafo Literario” y presidió los cenáculos modernistas del puerto. En 1.915 tomó parte en el I Congreso Médico Ecuatoriano con varios trabajos Científicos sobre la peste bubónica en Guayaquil, diarrea atrichonas, fiebre amarilla, sarcomatosis de la piel. En 1.916 publicó en Barcelona “Voces Lejanas y otros poemas”, en 47 págs. donde recogió la mayor parte de su producción, pero al reparar en erratas de breve espacio, lo retiró de circulación. En este Poemario salió su gran composición titulada: “La voz del río”, considerada la mejor.
En 1.917 colaboró en la revista “La Idea”, órgano de la Sociedad Literaria César Borja, dirigida por Luis Anibal Sánchez, y fue designado profesor de Parasitología, Medicina Legal y Odontología de la Universidad de Guayaquil. En 1.918 por sus conocimientos de inglés y francés asistió a los profesores Noguchi y Jaonnes en sus investigaciones sobre la fiebre amarilla en el puerto y fue invitado por la Misión Rockefeller a trabajar en Centroamérica con los Dres. Gorgas y Líster, a quienes acompañó en El Salvador, Honduras, Nicaragua y luego en la península de Yucatán en México, dictando conferencias y redactando propaganda en español. Enseguida viajó al Brasil y tenía planeado seguir al África. El 18 colaboró con el semanario Humorístico Quiteño “Caricatura” de Enrique Terán, Guillermo La Torre, Jorge Diez y Alberto Coloma Silva. El 19 aparecieron sus versos publicados en la revista “Juventud Estudiosa” de Teodoro Alvarado Olea y José de la Cuadra.
En 1.921 regresó a Guayaquil y en Marzo fue designado Director de Sanidad para la Costa. En 1.924 fue llamado por la Sociedad de las Naciones y concurrió a Ginebra, integrando la Organización Sanitaria Internacional. De Suiza pasó a Inglaterra y a consecuencia de su hipertensión, en mitad del viaje de regresó empezó a vomitar y creyeron que se había intoxicado con unas salchichas, pero el no se engañó y dijo “igualito que mi madre” y sufrió un ataque cerebral que le invalidó la mitad derecha de su cuerpo y alteró sus facultades intelectuales pues no se acordaba de nada y ya sus versos no fueron como antes, como los de su época de oro, según autorizada opinión de J. A. Falconí Villagómez.
“El Poeta sabía que la muerte lo esperaba, pero no hay aún complacencia en esta espera, más bien conmovedora, que engendra la decepción ante la conciencia de que la vida es fugaz y todos nuestros pasos y nuestro drama de odios no tienen otra salida que el angustioso por qué”.
En 1.926 se jubiló. Estaba pobre pues, de la fortuna materna, nada quedaba. Su hermana María Rosa Pareja de Guzmán le regaló cinco pasajes y viajó a Hamburgo con su familia, donde estaba de Cónsul General del Ecuador su concuñado César Borja Cordero. Allí se trató la herniplegía aunque sin mayores resultados, hasta que Borja falleció repentinamente de pulmonía. Entonces pasó con los suyos a residir en Bruselas, dependiendo únicamente de su jubilación mensual de setecientos sucres, que equivalía a ciento cincuenta dólares.
Su madre habría fallecido relativamente pobre y su padre entregó la administración de las haciendas de ella, empobrecidas por la escoba de la bruja que terminó con el cacao, a sus hijos los Pareja Cabanilla, quedándose los Pareja y Pareja fuera del todo.-
Concurría diariamente al Hospital San Juan de Dios para superar una fuerte depresión y por prescripción médica pasaba las tardes dedicado a trabajos manuales, especialmente a los mecánicos, llegando a inventar un dispositivo para bicicletas, un añadimiento perfeccionado de los aviones de sistema de helicóptero, un barco transbordador de vehículos y objetos menores, pero la crisis mundial de 1.929 los obligó a retornar al país. Radicó en Guayaquil y siguió educado a sus hijas.
En 1.933 viajaron todos a Quito para evitar que una de ellas ingrese a la Orden Religiosa de las “Damas Españolas”. Por las mañanas leía mucho y componía poesías, llevando una vida sana. Al mediodía “deambulaba por las calles aparentemente alegre, siempre amable, con la sonrisa a flor de labios”. Gustaba recitar sus composiciones y su sobrino Alfredo Pareja Diez-Canseco lo llevó a trabajar con sueldo a la compañía comercial “Pareja-Arízaga”, donde estuvo cinco años entretenido en diferentes ocupaciones. Ese año y solo por complacer a sus amigos reeditó en Guayaquil sus “Voces Lejanas y otros versos” en 96 págs. con inclusión de “El Canto de las últimas Sirenas” y “Romance Huancavilca”. El prólogo corrió a cargo de José de la Cuadra que calificó a Pareja de “el poeta que enmudeció”. Esta edición le mereció a su autor la Medalla de Oro de Primera Clase otorgada por la Municipalidad de Guayaquil.
En 1.936 editó “El Canto de las últimas sirenas” en 84 págs. En 1.941 su familia retornó al puerto pero él permaneció en la capital, primero en la residencial “Borja” de propiedad de su cuñada y luego en la “Molestina”; su jubilación había aumentado a mil quinientos sucres mensuales. Al año siguiente mejoró su situación económica por una herencia que recibió de su esposa y sacó “Por la Estela infinita” en 255 págs. con sus producciones finales. A principios de 1.947 iba a viajar a Washington donde estaban los suyos, cuando el lo. de febrero sufrió un segundo ataque cerebral y a pesar que lo trasladaron a una clínica falleció el 26 de dicho mes, de solo 66 años de edad.
Uno de sus amigos lo describió así: “Su figura elegante, su fisonomía blanca, con sus dorados cabellos y sus ojos de azul infinito”. Poeta de selección, de aristocracia y de élite. Su verso fue depurado, elegante y medido y como en atisbo de premonición supo cumplir su destino expresado así: “/ Mientras pasa la vida/ mientras la muerte llega/ con paso cadencioso/ -como en la danza griega-/ el verso será entonces/ mi último suspiro/”.
FUENTE: www.diccionariobiográficoecuador.com
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