El Carihuairazo perdió su glaciar. ¿Volverá a aparecer?
Bolívar Cáceres investigó de cerca el comportamiento del glaciar del Carihuairazo y explicó la razón de su desaparición.
El volcán Carihuairazo perdió por completo su glaciar; el hielo que cubría su cima ya no existe. En 2015, estudios advertían que esto sucedería para 2025. Hoy, 24 de octubre de 2024, que se conmemora el Día Mundial del Cambio Climático, lo que sucede en el cerro Carihuairazo muestra los efectos de las acciones humanas en el planeta.
El Carihuairazo es un volcán inactivo de Ecuador y se encuentra a solo 10 km del Chimborazo. Su glaciar, monitoreado por el personal del Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (Inamhi), ha sido testigo de un proceso natural de desaparición acelerado por factores humanos.
Características del Carihuirazo
El Carihuairazo es un estratovolcán, es decir, que se formó por capas de lava y material fragmentario, como arena y cenizas. Está situado en la cordillera Occidental de los Andes, alcanzando una altitud de 5 018 metros sobre el nivel del mar.
Este coloso, ubicado cerca de otros gigantes como el Chimborazo y el Tungurahua, solía estar cubierto por un glaciar que proporcionaba agua a varias comunidades cercanas.
Sin embargo, en los últimos años, esta masa de hielo, ya reducida, sucumbió al cambio climático.
Su última erupción se estima que ocurrió hace más de 11 00’0 años, pero su glaciar se ha mantenido como fuente de agua hasta su desaparición reciente, explicó David Hidalgo, investigador principal del estudio La Granja: Revista de Ciencias de la Vida.
¿Por qué se perdió el glaciar del Carihuairazo?
Bolívar Cáceres, investigador del Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología del Ecuador (Inamhi), explicó que la desaparición del glaciar se debió a un proceso natural de derretimiento, pero acelerado por el ser humano durante los últimos 20 años.
Cáceres señala que, aunque el glaciar estaba destinado a desaparecer debido a un ciclo natural de avance y retroceso, este proceso culminó mucho antes de lo esperado. Entre finales de 2023 e inicios de 2024, el Carihuairazo perdió su última porción de hielo.
Según los estudios de Cáceres, entre 1956 y 2015, el Carihuairazo perdió el 78,2% de su glaciar. Ya en 2019, el investigador reportó que para 2018 el 92% del hielo se había derretido, y finalmente, en 2024, desapareció por completo.
Esta alarmante aceleración se debe en gran parte al calentamiento global y a la falta de condiciones climáticas necesarias para que el glaciar se recupere.
Puntos clave para entender la desaparición del glaciar del Carihuairazo
La desaparición del glaciar fue un proceso que tomó décadas. Entre los factores que influyeron se encuentran el aumento de la temperatura en los últimos 30 años y los cambios en la cantidad de lluvia y nieve que caían sobre el volcán, comentó Cáceres.
Como resultado, el glaciar perdió agua de manera constante, sin lograr la acumulación suficiente para recuperarse.
Este proceso, junto con la elevación gradual de la temperatura en la región andina, selló el destino del glaciar del Carihuairazo.
Actualmente, quienes visiten el Carihuairazo podrían ver un pequeño manto blanco de nieve, el cual no representa un glaciar, sino humedad condensada que se derretirá y desaparecerá en pocas horas sin llegar a constituir hielo acumulado, del cual se abastecían las comunidades cercanas.
Esto se debe a que no existen las condiciones de temperatura necesarias para la transformación de la nieve a hielo, señaló Cáceres.
¿Volverá a aparecer el glaciar del Carihuairazo?
Cáceres afirma que la Tierra atraviesa eras glacial e interglacial, y en la actualidad vivimos en el segundo escenario. Sin embargo, en unos 20 000 a 28 000 años podría comenzar una nueva era glacial.
En ese momento, un 50% del planeta se cubriría de hielo, y el glaciar del Carihuairazo, junto con otros, podría reaparecer.
Mientras tanto, la comunidad de Cunucyacu, ubicada en Tungurahua, así como otras zonas cercanas deben adaptarse a esta nueva realidad para su abastecimiento de agua.
La desaparición del glaciar no solo representa una pérdida natural, sino que también afecta gravemente la seguridad hídrica y el sustento de muchas familias que han dependido de este recurso durante generaciones, concluye Hidalgo.
Fuente: El Comercio
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