Así se desactivan los molestos mensajes publicitarios que llegan a su celular
No importa la hora. Los mensajes (SMS) publicitarios que promocionan la suscripción para noticias de farándulas, chistes, notas deportivas o juegos en línea llegan a su celular a las 10:00 o a las 03:00. Y si por error aceptó la suscripción al servicio, los mensajes llegarán con más frecuencia.
No obstante, la recepción de mensajes escritos masivos con fines publicitarios se puede desactivar.
Para impedir que estos contenidos ingresen a su buzón, el usuario debe comunicarse con su prestador del servicio y solicitar el bloqueo, con lo cual pasa a una lista negra.
Con ello, ya no le llegará ningún mensaje publicitario, de acuerdo a la Agencia de Regulación y Control de las Telecomunicaciones (Arcotel).
Y si, a pesar de haber realizado este trámite, el cliente siente que no fue atendido por su operador puede notificarlo a la autoridad de control.
En el caso de que haya aceptado por error la suscripción a estos mensajes publicitarios, el usuario tiene dos opciones: enviar la palabra salir al número registrado en el SMS o solicitar al operador el bloqueo para la recepción de estos contenidos. Así, inmediatamente se desactivará la suscripción.
En julio del 2012, el Consejo Nacional de Telecomunicaciones (Ex Conatel) aprobó el Reglamento para Abonados. En el documento, vigente hasta la fecha, se establece que los clientes de las operadoras privadas (Claro, Movistar, Tuenti y la estatal Corporación Nacional de Telecomunicaciones) pueden solicitar por cualquier medio (escrito o verbal) la suspensión para la recepción de mensajes masivos, a excepción de aquellos que sean de emergencia o referentes a la autoridad competente; por ejemplo, cuando se informa sobre una suspensión del servicio de telefonía, mensajes del 911, etc.
De igual modo, establece que las operadoras de telecomunicaciones que ofrezcan el servicio de telefonía celular están en la obligación de bloquear los mensajes masivos con fines publicitarios cuya suspensión haya sido solicitada por el cliente.
Fuente: El Comercio