Luego de firmarse el acuerdo de paz entre el Gobierno y la CONAIE, las partes involucradas preconizan que no hay ganadores ni perdedores, sin embargo, y concretándonos a nuestra realidad los que perdieron son los ciudadanos que casi por 3 semanas se vieron obligados a enclaustrarse por el cierre de vías con la anulación casi completa del transporte.

Si alguien afirma que, ganó el pueblo al disminuirse en centavos los precios de los combustibles y el ofrecimiento de cumplir con otros puntos que van dirigidos sobre todo a contrarrestar y aplacar a los manifestantes de la CONAIE, “están solo a medias en lo cierto”, porque la verdad es que no solo los indígenas, sino casi toda la población ecuatoriana está sufriendo por la falta de trabajo, pobreza, desatención en salud, inseguridad, y acechada por la corrupción.

Además, debemos estar conscientes que perdió el ciudadano común, que tuvo soportar aislamientos, falta de víveres, ausencia de gas, desatención en salud y pérdidas de días de trabajo lo que representa un atraso en su paupérrima economía, sin que al final de la revuelta y con la firma de la paz no haya a quien reclamar. Y lo más grave e indignante, calles y otros espacios convertidos en campos de guerra sin que autoridad alguna haga respetar a sus territorios, por un casi que miedo de afrontar a muchos revoltosos que ni siquiera conocían los causales de la protesta.

En fin, se acabó la contienda, perdimos todos, ojalá haya un futuro mejor para el Ecuador, porque no hay ninguna seguridad de ofrecimientos que provengan de líderes que casi siempre han traicionado a las mayorías.

 

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Visión al Sur, emisión 04 de julio del 2022

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