Aunque dividido, Pachakutik vuelve a respaldar al correísmo 18 años después, tras polémicas y disputas
Parte de un dividido movimiento indígena firmó un acuerdo con la Revolución Ciudadana y otras organizaciones de izquierda. Leonidas Iza, presidente de la Conaie, condicionó el respaldo.
La historia es cíclica. Tras 18 años, al igual que en 2006, el correísmo vuelve a tener puntos de coincidencia con el movimiento indígena. Y nuevamente, Pachakutik respaldará a su candidato presidencial en una segunda vuelta electoral.
En los dos momentos hay varias coincidencias. En 2006, el recientemente aparecido Alianza PAIS (AP), había sorprendido al calificar a su candidato y líder histórico Rafael Correa a la segunda vuelta. Para ese balotaje, la organización política buscaba respaldos y, el 6 de noviembre de 2006, logró concretar el de Pachakutik, brazo político del movimiento indígena ecuatoriano.
Para esos comicios, Pachakutik había tenido su propio candidato: Luis Macas, que quedó en sexto lugar con un 2,6% de los votos. Por lo que para la segunda vuelta, se unió a la opción de Correa con la consigna de evitar el triunfo de Álvaro Noboa, a quien consideraban el candidato de la “derecha imperialista”.
En 2025, parte de esta historia se repite pero con actores diferentes. Pachakutik tuvo a Leonidas Iza como su candidato propio en la primera vuelta: quedó tercero con un 5,25% de los votos. De cara al balotaje, los indígenas nuevamente se acercan al correísmo y otra vez para enfrentar a un Noboa.
Aunque, esta vez, se trata de Daniel Noboa, el hijo de Álvaro. A quien también señalan por ser el candidato de la derecha y también lo rechazan por una supuesta cercanía con Estados Unidos.
Desde 1995, cuando Pachakutik se fundó, Ecuador ha tenido 10 elecciones presidenciales y ha apoyado dos veces a candidatos correístas en la segunda vuelta: en 2006 y en 2025.
Apoyos de Pachakutik en las elecciones presidenciales
Desde 1995, cuando la organización política se fundó

18 años de idas y vueltas
En la segunda vuelta de 2006, el respaldo de Pachakutik a Rafael Correa fue casi sin condiciones. Además de combatir a la derecha, ambas organizaciones políticas acordaron la no firma del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y la salida de los militares de ese país de la base de Manta.
Ambas peticiones fueron cumplidas por Correa sentado en el sillón de Carondelet. Sin embargo, eso no fue suficiente para mantener la alianza por mucho tiempo. Al año de gobierno empezaron las fricciones.
En noviembre de 2007, habitantes de Dayuma, parroquia de Orellana en la Amazonía, protagonizaron una protesta reclamando que las operaciones petroleras contraten a más obreros pertenecientes a la comunidad.
El Gobierno de Correa había ofrecido diálogo, pero sorpresivamente hubo una violenta incursión militar en la comunidad. Hubo heridos y detenidos: una de ellos fue Guadalupe Llori, entonces prefecta de Orellana.
En 2008, la Asamblea Constituyente, manejada por el correísmo, amnistió a todos los detenidos en Dayuma, incluyendo a Llori. Sin embargo, casi de inmediato, la política volvió a ser detenida y destituida acusada de peculado
La ruptura continuó en los siguientes años. Los indígenas protagonizaron varias marchas contra el régimen de Correa como las de la Ley de Aguas y contra las Enmiendas Constitucionales, en 2010 y 2015, respectivamente. Todas fueron reprimidas fuertemente por el Gobierno. Incluso, en este último año, Correa quitó a los dirigentes la sede histórica de la Conaie, en el norte de Quito.

La relación se rompió totalmente, al punto de que el movimiento indígena se convirtió en uno de los principales opositores del correísmo. Incluso, en 2017, parte de sus dirigentes pidieron apoyar en segunda vuelta a Guillermo Lasso, candidato de centroderecha.
En la siguiente elección, en 2021, en cambio, se hizo campaña por lo que se denominó el voto nulo ideológico, es decir, no apoyar a Andrés Arauz, candidato correísta, pero tampoco a Lasso. En 2023, se dio libertad a los militantes para elegir entre Luisa González y Daniel Noboa.
Sin embargo, para 2025, la relación -aparentemente- ha vuelto al inicio. Nuevamente, con el objetivo de enfrentar a la derecha, correístas e indígenas están juntos, aunque todavía no hay certezas de cuánto durará esta nueva alianza.
Indígenas fracturados y con desconfianza
Pese a las similitudes con 2006, la alianza 2025 entre Pachakutik y el correísmo es diferente por otros factores. Por ejemplo, el movimiento indígena ha sufrido varias fracturas en los últimos años.
En este nuevo acuerdo, al frente de Pachakutik y la Conaie ya no están dirigentes históricos como Salvador Quishpe, Nina Pacari, Luis Macas, Lourdes Tibán, Marlon Santi, entre otros. Incluso, varios han tenido fuertes polémicas con Leonidas Iza, quien es ahora el máximo dirigente indígena.
Además, hay organizaciones indígenas que han decidido apoyar a Daniel Noboa. Por ejemplo, la Confeniae (indígenas amazónicos) que anunció hace varias semanas ese respaldo, aunque, un grupo de mujeres dirigentes de esa agrupación rechaza esa decisión.
El propio Iza fue el gran ausente en la firma del acuerdo con el correísmo. Si bien Guillermo Churuchumbi, uno de sus hombres cercanos, fue quien suscribió el documento, Iza no acudió al evento y solo se conectó telemáticamente.
En su discurso a la distancia, Iza, quien encabezó los paros nacionales de 2019 y 2022, aclaró que el respaldo al correísmo “no era un cheque en blanco” y pidió a Luisa González pronunciarse inmediatamente sobre sus demandas.
Por ejemplo, los indígenas piden la moratoria minera, no impulsar una nueva Constitución y un subsidio focalizado a los combustibles.
Por el momento, ni González ni otros líderes de la RC como Rafael Correa, se han pronunciado sobre estas exigencias. Por lo que, la desconfianza de Iza se mantendrá y la alianza se probará únicamente en el caso de que Luisa González gane la elección y deba decidir si incluye o no esos puntos en su gestión.
Fuente: Primicias