Camilo Ponce Enríquez y La Troncal están en mayor riesgo de diez cantones de la zona. Autoridades trabajan en planes de prevención.
Los pronósticos del fenómeno de El Niño inquietan al Austro. La Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos y Emergencias (SNGRE) advierte que diez cantones ubicados en las provincias de Azuay y Cañar pueden sufrir en los próximos meses -especialmente desde fines de año- graves secuelas.
La SNGRE identifica a este fenómeno como un evento climático mundial que es el resultado del calentamiento de las aguas del mar y provoca fuertes inundaciones, así como sequías. El Ecuador ha sufrido sus impactos entre los años de 1972-1973, 1982-1983 y 1997-1998.
Las inundaciones se presentaron, principalmente en las zonas bajas de las cuencas hidrográficas. Las pérdidas fueron en aquellos tiempos incalculables.
La “alerta amarilla” se declaró el pasado 15 de mayo en 17 de las 24 provincias del país por tener cantones y parroquias situadas por debajo de los 1.500 metros de altura sobre el nivel del mar (m.s.n.m) . Así las autoridades gubernamentales con las seccionales puedan establecer planes de prevención ante la posible llegado de El Niño.
Situación
En la provincia del Azuay se ubican siete cantones en y por debajo del rango de riesgos. Se trata de: Camilo Ponce Enríquez, Cuenca, Girón, Nabón, Oña, Pucará y Santa Isabel.
Mientras, en el Cañar, constan los cantones de: Cañar, Suscal y La Troncal.
De acuerdo con Milton Benítez, coordinador zonal 6 de la SNGRE, las jurisdicciones de Camilo Ponce Enríquez y La Troncal son de todas las citadas las que tendrían mayores dificultades. La razón, están más cerca de las áreas costaneras.
La SNGRE ha mantenido reuniones con los alcaldes para solicitar que encarguen a técnicos las unidades de gestión de riesgos porque se necesita personal capacitado y con experiencia para afrontar este fenómeno.
“Hemos entregado ya cartografía digital de los históricos de lo que pasó en épocas anteriores de cómo El Niño afectó a los diferentes cantones para que –por ejemplo- actualicen las zonas de riesgos, que trabajos de investigación no se han hecho, porqué los ríos han cambiado sus cursos”, dijo Benítez con la intención de que las nuevas autoridades planifiquen las acciones.
Prevención
En Camilo Ponce Enríquez, ubicado en los límites de Azuay con la provincia de El Oro, temen porque las crecientes de los ríos, principalmente Guanache y Gala afecten a su cabecera cantonal. Sus autoridades municipales ya hablan de establecer albergues para posibles damnificados.
José Sánchez, alcalde de Camilo Ponce Enríquez, aseguró que una de las prioridades es conformar mesas de trabajo con todas las instituciones, e incluso, tendrán este miércoles un segundo encuentro para finiquitar actividades. Igualmente, se destinará desde hoy maquinaria para la limpieza de los ríos, cuyas labores iniciarán en el Guanache.
En La Troncal les preocupa la situación de la zona del Cerro Huaquillas, además de algunas localidades de la parroquia Manuel de J. Calle. Asimismo, se trabaja en acciones preventivas.
Juan José Bermeo, responsable de la Unidad de Gestión de Riesgos del Municipio, explicó que con la SNGRE están analizando las posibles amenazas en las zonas más vulnerables para iniciar trabajos de mitigación en ríos con dragados, así como notificar a personas que viven en espacios susceptibles a deslizamientos que podrían ocupar albergues que se están identificando.
“La SNGRE capacitará esta semana a nuestros técnicos y a quienes integran las mesas de trabajo. Por el momento, no existe ninguna novedad grave en el cantón”, acotó Bermeo. -(I)
Detalles
- – 1997-1998 fue uno de los últimos periodos más complejos por la presencia del fenómeno de El Niño en el país. El Gobierno está preocupado de que esto se repita en los próximos meses.
- – La SNGRE cree que los daños por la minería en las orillas de los ríos de Camilo Ponce Enríquez han modificado los cauces. Esto provocará que, con las crecientes, recuperen sus trayectos originales y arrastren lo que encuentren a su paso.
- – Los planes de prevención involucran acciones para evitar zonas pobladas en las áreas de riesgos, las quebradas estén limpias, los ríos no tengan problemas en sus cauces, capacitación a los habitantes, entre otros aspectos.
Fuente: El Mercurio
