Desde hace más de un año, Ecuador busca contratar nueva electricidad, a través de generadores en tierra o barcazas, para hacer frente a su crisis eléctrica, pero no lo ha concretado.

La primera oferta llegó en marzo de 2023, cuando Fernando Santos se desempeñaba como Ministro de Energía del Gobierno de Guillermo Lasso.

La propuesta fue de la empresa turca Karpowership, propietaria, operadora y constructora de la flota de barcos Powership, a la que el exministro Santos define como “plantas de energía flotante”.

Cada uno de estos barcos generadores cuenta con una potencia instalada de entre 30 megavatios a 470 megavatios, según informa Karpowership en su página web.

Para entender el tamaño de estas embarcaciones, se puede decir que una sola de ellas, la de mayor potencia, podría aportar un tercio de la electricidad producida por la hidroeléctrica más grande de Ecuador, Coca Codo Sinclair, que tiene una capacidad de 1.500 megavatios.

No fue la única interesada en proveer energía a Ecuador. El Gobierno de Guillermo Lasso también recibió las ofertas de las empresas United Group y Gamma Energy para instalar motores en tierra. Todas las soluciones planteaban generar electricidad con fuel oil.

Barcos generadores de electricidad de la empresa turca Karpowership. Foto del 24 de septiembre de 2018. Red X de Karpowership

¿Por qué no se concretó? El exministro de Energía, Fernando Santos, dijo que hubo dos obstáculos.

El primero fue presupuestario. Según el exministro Santos, las compañías exigían que se asignen los fondos para asegurar el pago de la tarifa eléctrica, por ejemplo, un fideicomiso, y así evitar atrasos del Estado.

Solo los turcos pedían a Ecuador hacer un pago adelantado de USD 80 millones para cubrir tres meses de servicio y el costo del traslado de una de sus barcazas, desde Cuba hasta las costas ecuatorianas.

Y ese dinero no lo tuvo ni el holding estatal Celec, que es el mayor generador de electricidad de Ecuador; ni la Empresa Eléctrica Quito (EEQ), que luego estuvo al frente del proceso de contratación, dijo Santos.

El segundo obstáculo, según Santos, fue las demoras que implicaba obtener los permisos ambientales para traer la barcaza y para instalar los motores en tierra. Eso porque las subestaciones donde debían instalarse las soluciones eléctricas contaban con licencias ambientales antiguas, que tenían que ser actualizadas, lo que iba a tomar varios meses.

Solo había tres sitios, según Santos, para instalar los generadores, con conexiones para líneas de transmisión.

Uno era la subestación Isla Trinitaria, donde se podía conectar una barcaza. Esta subestación tenía una capacidad extra para instalar hasta 230 megavatios.

En cambio, en la subestación Quevedo había una capacidad de 130 megavatios para motores en tierra y en Salitral, una capacidad de 100 megavatios también de generadores en tierra.

Entonces, la capacidad máxima actual que puede contratarse en nueva generación es de 460 megavatios, pero “se necesita asegurar el pago y los permisos ambientales, dos obstáculos que complicaron a la administración anterior”, dijo Santos.

Eso fue en 2023. Para 2024, en cambio, Ecuador necesita contratar 1.000 megavatios de potencia o el 22% de la demanda máxima actual de electricidad del país, según anunció el ministro de Energía, Roberto Luque.

Con eso, a los problemas de presupuesto y de licencias ambientales se sumará otro, el de infraestructura para conectar los equipos.

Cuánto le costará al país

Las ofertas planteaban entregar electricidad con plazos de uno y tres años, generen o no electricidad las plantas (flotante o en tierra).

Eso era un costo extra para Ecuador, pues debía pagar una tarifa mínima a las empresas que iban a proveer la electricidad, incluso si no prendían los motores.

Bajo esas condiciones, según el exministro Santos, hasta 2023 conectar 460 megavatios de nueva potencia eléctrica tenía un costo de USD 40 millones al mes, más USD 10 millones adicionales en combustibles.

Es decir, si el contrato se extendía un año, el costo para Ecuador habría alcanzado los USD 600 millones.

El actual ministro de Energía, Roberto Luque, dice que ha recibido varias ofertas y que incluso se ha reunido con algunas empresas, aunque no adelantó los nombres.

Luque dijo que ha pedido un informe sobre el costo que tendría contratar la nueva generación que le hace falta al país.

Fuente: Primicias

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