Las corridas de toros rito de agradecimiento al todopoderoso en Girón
En las Fiestas del Señor de Girón, de seis semanas el sacrificio del animal, es parte de la ofrenda.
La banda del Pueblo de Baños, contratada para la ocasión no paraba de tocar, los cohetes lanzados a intervalos cortos de tiempo, anunciaban el día festivo que estuvo soleado, sin el frío habitual en la comunidad de Parcuspamba, que al parecer dio una tregua. A la vivienda de los Llivipuma-Guiñansaca, el pasado sábado, desde temprano empezaban a llegar por docenas los creyentes que acudían a ser parte de las Fiestas del Señor de Girón.
En un mes y medio de festejos, ritos religiosos se combinan con tradiciones ancestrales; cada prioste iniciando con el principal como es el Fiesta Alcalde, luego el incierro izquierdo y derecho, cada prioste se encargan por una semana de atender a los devotos. La fiesta acoge a muchos de los migrantes que agradecen por favores recibidos, hacen nuevos pedidos o entregan ofrendas delegadas de sus parientes que residen en el exterior.
Cuarta semana
En la cuarta semana denominada de incierro derecho el turno fue para Jenny Guiñansaca, como prioste principal en representación de su esposa José Llivipuma, que reside en los Estados Unidos. Los recién llegados, eran recibidos con café caliente y un pan, incluso un canelazo si era de preferencia del invitado.
Jenny, cuenta que todo inició el pasado lunes con los preparativos de la fiesta, adecuar el altar, comida, juegos pirotécnicos, entre otros muchos detalles que deben quedar listos. Para el martes, se hizo el recibimiento de la leche y otros donativos que hacen los devotos, para elaborar el dulce de leche. El miércoles se preparó los quesos, y el servicio a los cabecillas de la leche, que en este caso fueron Humberto Criollo y Rosa Duchanga. Danzas, eucaristías, escaramuzas, juegos pirotécnicos, plegarias son desarrolladas durante estos días.
Corridas
Sin duda parte esencial de las Fiestas al Señor de Girón, son las corridas; el sábado, todo un ritual fue presentado en Parcuspamba, ubicada a menos de diez minutos del centro cantonal. Primero la pequeña imagen prestada por el párroco, y que es velada en un altar adecuado para el efecto, es sacada y llevada al sitio donde se harán las persecuciones del toro.
Delante van las saumeriantes que llevan el incienso, los priostes, el altarero, (Benjamín Morocho) o persona que se encarga de adecuar el altar y mantenerlo siempre limpio y con flores frescas; más atrás están la platilleras, niñas y jóvenes que visten atuendos típicos como la polleras; otro personaje importante es quien lleva el bastón de mando, que en este caso fue Julio Llivipuma, padre del prioste José.
Donaciones
La corta procesión termina cuando la imagen es colocada en el otro altar, justo al centro del sitio escogido para las corridas; también el bastón de mando es entregado al altarero.
Luego empiezan las donaciones de toretes y toros por parte de los devotos, en está ocasión fueron 13 los animales entregados para atender a los presentes. En cada entrega el nombre del devoto, es exaltado haciendo el respectivo cambio de botellas (Cola grande y licor), con un brindis de agradecimiento compartido con la prioste principal.
Está última decide cuantos animales serán soltados, en está ocasión fueron tres, el más pequeño para las platilleras y dos de mayor volumen repartido para los danzantes y asistentes a la fiesta.
El animal es despojado de las cuerdas que lo atan y es obligado a correr por el lugar seguido por la multitud, incluso la vía principal fue parte del recorrido, todo esto mientras decenas de cohetes eran lanzados al aire. El objetivo es que los grupos designados persigan al animal, lo cojan y lo traigan hasta el altar. Luego se sacrifica al animal, y su carne sirve para alimentar a los asistentes, no sin antes beber algo de su sangre.
Migrantes retornan para fiestas
Antonio Loja y su yerno, Claudio Ayavaca, retornaron de los Estados Unidos exclusivamente para estás fiestas al igual que lo hacen muchos migrantes que ponen su fe y pedidos en manos de la venerada imagen; cumpliendo luego las promesas de ser priostes u aportar con algo para las celebraciones, como agradecimiento.
En el caso de Loja, de 69 años, recibió el pedido para ser altarero en la tercera semana,mientras su yerno, a nombre de su esposa Nancy Loja, donó un toro de gran tamaño el pasado sábado. Ambos declaren la inmensa devoción que tienen por el Señor de Girón. “Es una fiesta que ha cambiado mucho, cuando era joven lo hacían solo los ricos, ahora es más popular y todos colaboran”, indicó, Loja.
Su vida misma está ligada a está devoción desde cuando pidió a la Divinidad, que su actual esposa Celia, acepte su propuesta de matrimonio, cuando no tenía nada, afirmó.
En agradecimiento más adelante se atrevió a organizar la fiesta sin disponer de recurso alguno; un préstamo en aquel entonces de 14.000 sucres solucionó el problema. “Ahora estoy bien, en esa entonces no tenía nada, hace 34 años viajé a EE.UU. y gracias a Dios algo se ha hecho, indicó.
MÁS DETALLES:
En las fiestas al menos 15 personajes intervienen en las ceremonias. El fiesta alcalde, o prioste principal organiza la primera semana de festejos. Luego vienen los incierros izquierdo y derecho.
Los guías; altareros; saumeriantes; las platilleras; quién lleva el bastón de mando, el maestro de la chirimía, entre otros, también son parte esencial. Migrantes financian los costos que demandan las fiestas.
Durante estás seis semanas cientos de gironenses que residen en los Estados Unidos, retornan para agradecer favores recibidos. “No se pueden negar si hay el pedido de ser prioste o colaborar con donativos, afirman.
FOTOS – Luis Cobos
TEXTO Jorge Barros
jbarros@mercurio.com.ec
Fuente: El Mercurio
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