La azotea desde la que un hombre armado disparó al expresidente Donald Trump en su mitin del sábado en Butler (Pennsylvania) fue identificada por el Servicio Secreto como una posible vulnerabilidad en los días previos al evento, según han informado a la cadena NBC News dos fuentes familiarizadas con las operaciones de la agencia.

El edificio, propiedad de una empresa de análisis de vidrio, es contiguo al Butler Farm Show, un recinto al aire libre. El Servicio Secreto era consciente de los riesgos del lugar, dijeron las fuentes.

“Alguien debía haber estado en el tejado o asegurando el edificio para que nadie pudiera subir al techo”, dijo una de las fuentes, un exagente de alto rango del Servicio Secreto que estaba familiarizado con la organización del evento. 

Comprender cómo el tirador llegó a la azotea, a pesar de esas preocupaciones, es una pregunta central para los investigadores que analizan cómo logró disparar a Trump en el acto de campaña.

El Servicio Secreto trabajó con las autoridades locales en la seguridad del evento, incluyendo el despliegue de francotiradores apostados en los techos para identificar y eliminar amenazas, señaló el portavoz del Servicio Secreto, Anthony Guglielmi. Pero no había agentes en el edificio que usó el tirador, fuera del perímetro de seguridad del acto pero a apenas 148 yardas del escenario, al alcance de un rifle semiautomático como el que fue usado.

El Servicio Secreto había designado esa azotea como jurisdicción de las autoridades locales, una práctica común en la seguridad de los mítines al aire libre, dijo Guglielmi.

El fiscal de distrito del condado de Butler, Richard Goldinger, dijo que su Unidad de Servicios de Emergencia desplegó cuatro equipos de francotiradores y cuatro “de respuesta rápida”. Pero aseguró que los agentes del Servicio Secreto se encargaron de la seguridad fuera del recinto. “Se reunieron la semana anterior. El Servicio Secreto dirigía el show. Ellos eran los que designaban quién hacía qué”, dijo. “en la jerarquía de mando estaban arriba, eran el número uno”.

Goldinger indicó que el comandante de la Unidad de Servicios de Emergencia le dijo que no era responsable de asegurar las zonas fuera del recinto. “Para mí, todo está bajo la jurisdicción del Servicio Secreto. Y ellos delimitarán a partir de ahí”, afirmó.

El exagente de alto rango del Servicio Secreto también afirmó que, incluso si las fuerzas del orden locales “se equivocaron”, sigue siendo responsabilidad de la agencia “asegurarse de que están cumpliendo, ya sea de forma previa o en el momento”. “El hecho de que esté fuera del perímetro no significa que no sea vulnerable, y hay que mitigarlo de alguna manera”, añadió.

Una ráfaga de disparos sonó minutos después del discurso de Trump quien se llevó la mano a la oreja derecha —más tarde dijo que había sido perforada por una bala— y luego se tiró al suelo mientras los agentes del Servicio Secreto se apresuraban a protegerle. Trump salió con sangre en la oreja y en la cara. Un hombre murió y otros dos resultaron heridos graves.

Testigos que escuchaban el discurso de Trump desde fuera del perímetro de seguridad del acto recordaron haber señalado al atacante a las autoridades minutos antes de que comenzara el tiroteo. El personal del Servicio Secreto disparó y mató a Thomas Matthew Crooks, de 20 años.

Agentes del Servicio Secreto evacúan a Donald Trump.Gene J. Puskar / AP

El revuelo por el mayor fracaso del Servicio Secreto desde el tiroteo contra el presidente, Ronald Reagan, en 1981 viene de ambos partidos políticos, de antiguos agentes y expertos en seguridad.

“Mi pregunta es: ¿cómo consiguió llegar al tejado sin ser detectado?”, cuestionó Anthony Cangelosi, exagente del Servicio Secreto que trabajó con candidatos, como John Kerry en 2004.

El trabajo del Servicio Secreto en actos de campaña comienza con la planificación previa, la creación de un perímetro de seguridad y la colocación de equipos en el suelo y en los tejados, a menudo en colaboración con las fuerzas de seguridad locales. Los despliegues en el terreno incluyen un equipo de contraataque, y el personal de azotea incluye equipos de francotiradores.

Guglielmi, portavoz del Servicio Secreto, detalló que la agencia tenía a dos de sus agentes de contraasalto en el evento y al menos seis agentes de las unidades tácticas del condado de Butler. El Servicio Secreto también desplegó dos equipos de contrafrancotiradores. Otras dos unidades de seguridad para el acto contaron con personal de las fuerzas del orden locales, dijo Guglielmi. Estos detalles fueron publicados por primera vez por el diario The Washington Post.Los investigadores examinarán el plan de seguridad del Servicio Secreto para el mitin, dijo Cangelosi, exagente del Servicio Secreto. Espera que descubran una de dos cosas: O bien los funcionarios no elaboraron un plan eficaz para mantener a los posibles atacantes alejados del edificio desde el que Crooks disparó, o bien los agentes sobre el terreno no ejecutaron el plan.

“No me gusta hacer suposiciones, pero parece que se cometieron errores, que esto se podía haber evitado”, indicó Cangelosi, ahora profesor en el John Jay College of Criminal Justice de Nueva York.

Aunque es habitual encargar a las autoridades locales que patrullen fuera del perímetro de seguridad de un evento, Cangelosi señaló que la responsabilidad de garantizar que se cubren todas las vulnerabilidades recae en el Servicio Secreto.

Si las autoridades hubieran colocado a un agente en el edificio desde el que se disparó, dijo Cangelosi, lo más probable es que “ni siquiera lo hubiera intentado”. “No se cede a la policía local la discreción de lo que se debe hacer”, dijo, “en otras palabras, tienen el perímetro exterior, pero debes decir: ‘Necesitamos un agente en ese tejado’. No ‘es tu responsabilidad, haz lo que creas oportuno’”.

Jim Cavanaugh, un agente especial retirado a cargo de la Oficina de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos que ha trabajado en detalles del Servicio Secreto, dijo a NBC News que, si bien el Servicio Secreto hizo un buen trabajo neutralizando al atacante después de que comenzaron los disparos, no poner oficiales en el edificio que escaló fue “un tremendo lapsus”.

”La única forma de detenerlo es tener a mucha gente, llegar primero y dominar el terreno elevado”, dijo Cavanaugh, “esto es básico, y el Servicio Secreto lo ha hecho durante años con éxito, así que me sorprende mucho que no tuvieran cubierto ese terreno”.

Las preguntas se han extendido al Congreso, donde los miembros de la Cámara de Representantes exigieron respuestas del Servicio Secreto y al Departamento de Seguridad Nacional.

El presidente del Comité de Seguridad Nacional, el republicano Mark Green, escribió en una carta al secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, que “esto plantea serias dudas sobre cómo un atacante pudo acceder a una azotea dentro del alcance y la línea de visión directa de donde Trump estaba hablando”.

Green pidió a Mayorkas que proporcionara documentación sobre el plan de seguridad del evento, el control de los asistentes y el nivel de recursos proporcionados al Servicio Secreto de Trump. Un portavoz del comité dijo a NBC News que mantendrán una reunión con la directora del Servicio Secreto, Kimberly Cheatle, el lunes “para expresar sus preocupaciones y hacer preguntas urgentes”.

E representante demócrata Ruben Gallego escribió a Cheatle preguntando quién aprobó el plan de seguridad, si se realizó una evaluación adecuada de la amenaza, si los asistentes dieron la voz de alarma y si hubo fallos en el seguimiento de los protocolos.

“Pido a todos los responsables de la planificación, aprobación y ejecución de este fallido plan de seguridad que rindan cuentas y testifiquen ante el Congreso inmediatamente”, escribió Gallego.

Robert McDonald, exagente del Servicio Secreto que se encargó de la protección de Joe Biden cuando era vicepresidente, dijo a NBC News que cree que el intento de asesinato provocará un examen de conciencia y cambios de procedimiento en la agencia. “El Servicio Secreto va a tener que hacerse algunas preguntas difíciles y estar preparado para explicar por qué y qué ocurrió”, dijo McDonald.

Cangelosi, exagente del Servicio Secreto, señaló que es probable que los investigadores también pregunten cuándo los agentes identificaron a Crooks como una amenaza potencial, cómo reaccionaron y si es posible de que pudieran haberlo abatido antes de que disparara contra Trump.

Los francotiradores del Servicio Secreto están entrenados para tomar decisiones rápidas, dijo. Pero es posible que si se dieron cuenta de que Crooks estaba en el tejado pero no pudieron saber si llevaba un rifle, los agentes podrían haber esperado para dispararle.

“Si el francotirador no puede saber si tiene un arma, no va a disparar”, agregó, “porque Dios no quiera que sea un niño que sólo está emocionado por ver a un candidato político, ¿verdad? Así que hay que asegurarse de que realmente existe una amenaza”.

Si hubiera incertidumbre, dijo Cangelosi, es posible que el equipo de francotiradores hubiera enviado agentes a investigar y confirmar. Pero puede llevar minutos, dijo, mientras que alguien con un rifle semiautomático puede efectuar varios disparos en cuestión de segundos. Por eso, dijo Cangelosi, la mejor defensa habría sido planificar con antelación.

“¿Quién quiere estar en esa posición?”, dijo sobre los francotiradores que protegían a Trump el sábado. “Tienes que tomar una decisión en una fracción de segundo. E imagina si te equivocas”.

Fuente: Telemundo

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